Nació en Arezzo el 17 de agosto de 1833 y murió en Roma el 4 del mismo mes de 1908. En el colegio de los escolapios de Florencia conoció a Carducci, con quien trabó íntima amistad.
Y así, formó parte de la sociedad «Amici pedanti» fundada por Carducci y colaboró en la redacción del opúsculo antirromántico Di Braccio Bracci e degli altri poeti nostri odiernissimi (1856).
Trasladado a Turín, dirigió allí la Rivista italiana (1863-65) y L’Ateneo italiano (1866); luego pasó a Liorna y, finalmente, a Roma, donde fue director general de segunda enseñanza. Participó activamente en la vida periodística de la capital, como colaborador de Cronaca Bizantina y Domenica letteraria y director de La Domenica del Fracassa y la Rivista d’ltalia.
Fue uno de los primeros que intuyeron la trascendencia del joven D’Annunzio, aunque con reservas de orden moral que se convirtieron luego en condena explícita; sus textos acerca de las polémicas suscitadas por Intermezzo (1884) y Libro delle vergini (1884) fueron reunidos en el pequeño volumen Alia ricerca della verecondia (1884).
Aunque no demasiado perspicaz, fue, en cambio, crítico diligente y positivo, con una amplia información sobre la literatura moderna, como lo demuestran Studi shakespeariani (1896), Studi e ritratti letterari (1900) y las traducciones de las Poesías de Heine (1908).
Notables y todavía de utilidad son también los estudios biográficos Giosue Carducci: impressioni e ricordi (1901), Memorias de la vida de Giosue Carducci (1907, v.), La vida de Giacomo Leopardi (1905, v.) , La vida de Ugo Foscolo (1910, v.) y Gli amori di Ugo Foscolo (1891). Chiarini fue asimismo poeta de humanística aunque fría elegancia (Poesías, 1902, v.).
D. Mattalia