Nació en Verona en 1478 y murió en su villa de Incaffi el 8 de agosto de 1553. Estudió Medicina en Padua, donde luego fue profesor de Lógica.
Médico, científico y humanista de gran ingenio y cultura enciclopédica, dedicó toda su vida a las disciplinas destinadas al mejoramiento del cuerpo y del espíritu. Mantuvo amistad con las más altas figuras de su época y gozó de reconocida fama, singularmente al ser nombrado médico del Concilio de Trento en 1545.
Compañero de Copérnico en Padua, no consiguió, empero, igualar su admirable intuición científica; sin embargo, su tratado Homocentrica seu de steilis (1538, cinco años antes de la obra cumbre de Copérnico, Las revoluciones de los mundos celestes, v.) resultó un ordenado y bastante moderno desarrollo de los sistemas y las ideas de la Antigüedad.
Fue un apasionado cultivador de los grandes clásicos y estudió a Platón, Aristóteles, Vitruvio, Plinio y los poetas Virgilio y Lucrecio, a quienes procuró imitar en su poesía didáctica (v. Sífilis o Del morbo gálico, 1530) y en la de temas cristianos o bíblicos (Carmina super Genesim, Joseph). Aristotélico más bien que platónico, exploró con la guía del Organon las ciencias morales y experimentales.
Particular notoriedad le han valido sus obras de medicina científica, llenas de interesantes observaciones de carácter histórico; en este aspecto cabe citar, además del poema Sífilis ya mencionado, y del cual recibió el nombre actual la dolencia que en él trata, Del contagio y de las enfermedades contagiosas (v.) y Dies critici vel de dierum criticorum causis.
Son también notables los diálogos Fracastorius sive de anima, Turrius sive de intellectione, De gratia y El Navajero o Diálogo de la poética (v.), en el cual defiende la poesía frente a las tendencias platónicas y renueva acerca de ella los conceptos ya expuestos por Dante en De vulgar elocuencia (v.).
G. Vállese