Nació el 24 de junio de 1660 en Florencia, donde murió el 12 de julio de 1742. Tuvo una inmerecida fama de descarado bufón cortesano; en realidad, y aun cuando amante del jolgorio, gustaba también de la vida tranquila.
Sus comienzos fueron muy modestos; trabajó como copista y, poco después, fue actor. En 1687, finalmente, consiguió ingresar en la curia arzobispal y en 1690 fue secretario del nuncio pontificio en Polonia, Santacroce. Obtuvo luego el favor del cardenal Francisco María de Médicis y posteriormente el de Cosme III, quien le acogió en su corte.
Las rimas de Fagiuoli, inspiradas en Bemi, resultan excesivamente verbosas. Gran éxito obtuvieron, en cambio, sus diecinueve comedias, en las que aparece una satírica observación de las costumbres coetáneas (v. ) Los amantes sin verse, El avaro castigado, Cuidar de las mujeres es locura, No es verdad lo que parece, La fuerza de la razón, Los engaños laudables, El marido a la moda, En amor no hay que correr de prisa, Un verdadero amor no se preocupa por los intereses). Notable es su texto autobiográfico Memorie e ricordi (1672-86).
C. Falconi