Nació el 30 de julio de 1511 en Arezzo, y murió en Florencia en 1574. Como revelara aptitudes literarias y artísticas, fue enviado a los trece años a esta ciudad, en la cual estudió con Miguel Ángel, Andrea del Sarto y otros. Fallecido su padre en 1527 a causa de la peste, el muchacho volvió a Arezzo y asumió, como hijo mayor, la responsabilidad de la familia. Por aquel entonces empezó a pintar para la comarca y luego perfeccionó sus conocimientos con el ejercicio de la orfebrería, en Florencia y Roma. Sus capacidades le atrajeron la amistad de príncipes y grandes personajes. Por razones de su trabajo estuvo además en Bolonia, Venecia y Nápoles. Hacia 1540 era ya célebre como artista, y en 1550 publicó la primera versión de una obra que luego habría de ser famosa: Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos… (v.).
Mientras tanto, alcanzaba como artista un lugar de primera categoría; y así, en 1550 trabajó en Roma para el papa Julio III, y a fines de 1554 pasó al servicio de los Médicis. En el curso de este período llevó a cabo una serie de trabajos, entre los que destaca su obra maestra arquitectónica, los Uffizi (1560), en Florencia. En 1566 emprendió otro viaje de estudios por Italia; en 1568 apareció la segunda edición de Las vidas, en la que incluyó las biografías de los artistas de su época, la suya entre otras. Aun cuando no poseyera dotes artísticas excepcionales, alcanzó el éxito gracias a su considerable fuerza de voluntad, un buen sentido común y una gran afición al arte.
L. Berti