Nació el 13 de septiembre de 1792 en Florencia, donde murió el 3 de febrero de 1876. Hijo de una antigua e ilustre familia, en 1800 marchó a Viena, adonde su padre hubo de refugiarse a consecuencia de la ocupación francesa.
Vuelto a Florencia en 1803, prosiguió allí sus estudios. En 1811 casó con la marquesita Riccardi, que murió algunos años después. Más tarde viajó por Italia, Francia, Inglaterra, Irlanda, Bélgica, Holanda, alemania y Suiza.
De nuevo en su ciudad natal, no tardó en destacar en el mundo de la cultura y de la beneficencia florentino e italiano. Con el apoyo de Vieusseux trabajó en la fundación de Antología, aparecida en 1821; figuró entre los iniciadores del Giornale agrario toscano (1827) y de la Guida dell’Educatore (1836), y con Ridolfi y Lambruschini participó en el establecimiento de la primera Caja de Ahorros de Florencia (1829).
Por todo ello y por su relación con Foscolo, Confalonieri, Tommaseo y muchos de los italianos más eminentes de la época, se convirtió en uno de los principales animadores del clima espiritual del «Risorgimento». Poco inclinado a la acción, y progresivamente encerrado en sí mismo tras la pérdida de la vista (1840), adhirióse, en cambio, profundamente a los ideales del partido moderado, cuyos principios defendió abiertamente en el artículo Sui moti di Rimini, aparecido en París en 1845.
Ya a partir de las primeras agitaciones de 1848, C. tomó parte activa en el proceso de formación de la unidad italiana; en 1849 ocupó la presidencia del Consejo, diez años después perteneció a la Asamblea Toscana, y en 1860 fue nombrado senador del Reino.
A pesar de sus experiencias iniciales sensualistas, admitió el concepto de la historia como evolución, en tanto que su elevado catolicismo ayudóle a comprender la función positiva del Papado en el desarrollo histórico de Italia.
Vivificó tales ideas con un gran amor a la claridad y una amplia y profunda capacidad de juicio, dotes que brillan singularmente en los ensayos menores, como Sulla dominazione dei Longobardi in Italia, Storia di Pietro Leopoldo y Sull’istoria del cristianesimo nei primi due secoli; en su obra más importante, la Historia de la República de Florencia (v.), falta, en cambio, la unidad de la materia en tomo a un concepto inspirador.
Texto asimismo de gran interés resulta el Fragmento sobre la educación (v.), donde C. propugna un método pedagógico favorecedor del libre desarrollo de la personalidad humana en relación con el ambiente histórico y civil en que aquélla se desenvuelve.
R. Rosario