Nació entre el 3 de octubre y el 15 de noviembre de 1535 en Nápoles, donde murió el 4 de febrero de 1615. Recibió una buena formación y a los quince años había escrito ya los tres primeros libros de su obra científica más importante: De la magia natural (v.).
Poseyó un singular y amplio talento e interesóse por la óptica, la hidráulica, las matemáticas, la astronomía, la fisiognomonía, la agricultura, la criptografía, la mnemotécnica, la quiromancía, la meteorología y el teatro. Situado siempre entre la ciencia y la magia o la fe y la superstición, fue uno de los autores que más contribuyeron a la formación del pensamiento científico moderno en la época de la Contrarreforma.
El citado texto (1558) le da fama europea y es el mejor reflejo de su personalidad. Al ingenuo fervor con que participó en la búsqueda de la piedra filosofal y al ambiente de prodigio en que a veces gustó envolver sus descubrimientos, se oponen el rigor de sus investigaciones y la importancia de algunas de sus conclusiones (v. De la refracción óptica). Se le debe la invención de la cámara oscura; en su Fisiognòmica (v.), Lavater le cuenta entre sus precursores, y Kepler y otros le atribuyen cierta prioridad en la construcción de los telescopios (v. Del telescopio). Viajó por Italia, Francia y España, y fue acusado repetidamente de brujería por la Inquisición.
En 1610 ingresó en la «Accademia dei Lincei». Los últimos años de su vida estuvieron singularmente dedicados al teatro y a estudios sobre la atmósfera. Se le atribuyen veintinueve comedias, de las cuales conservamos catorce, notables por el realismo de las situaciones y ciertas audacias y exuberancias de lenguaje que anuncian el teatro barroco; entre ellas cabe citar Cintia (v.), El astrólogo (v.), La Chiap- pinaria (v.), El moro (v.), Olimpia (v.) y Los dos hermanos rivales (v.). Junto a tales obras figuran la tragicomedia Penèlope y una tragedia inspirada en la vida de San Jorge.
G. Paparelli