Seudónimo de Friedrich Gundelfinger, que n. en Darmstad el 20 de junio de 1880 y murió en Heidelberg el 12 de julio de 1931. Hijo de un profesor universitario de Matemáticas, realizó estudios filosóficos y literarios en las universidades de Berlín, Heidelberg y Munich. Ingresado en el círculo de Stefan George, experimentó profundamente la influencia de éste y acabó por convertirse en uno de los representantes más notables del cenáculo reunido en torno al poeta renano; fue también uno de los principales colaboradores de las Blätter für die Kunst. Sufrió, además, él influjo de Bergson, y ello completó su reacción respecto al positivismo y a la tendencia literaria naturalista.
Como los seguidores de George, sentía el culto a la personalidad del héroe, y, en su actitud crítica, juzgaba dos cosas distintas la historia de la literatura y de la cultura, así como la belleza y la poesía. El artista, por lo tanto, parecíale distante y por encima del hombre común vinculado a lo contingente; esto le indujo a considerar la obra poética como punto de enlace entre la vida del poeta y su poesía, y ésta cual espejo de la existencia de aquél, o sea fuente para su verdadera, íntima y elevada biografía. En 1911 publicó el primer texto crítico de importancia, Shakespeare y el espíritu alemán (v.), y llegó a profesor libre de la Universidad de Heidelberg, donde permaneció luego hasta su muerte como catedrático de literatura alemana. En 1916 dio a la luz su obra maestra, Goethe (v.), y en 1924 César, historia de su celebridad (v.), en la que el culto a la personalidad, actitud esencialmente literaria, proporcionaba una peligrosa base a posibles derivaciones ideológicas de los partidarios de la dictadura.
A Shakespeare dedicó todavía otro texto crítico en 1928; del célebre dramaturgo inglés se había ocupado por espacio de largos años con motivo de una traducción de sus obras completas basada parcialmente en la célebre de Schlegel, pero revisada según criterios modernos. Desde el punto de vista meramente crítico presentan quizá mayor importancia, por cuanto revelan un gusto más preciso, los ensayos de menor amplitud, publicados en varias revistas; destacan entre ellos por. su belleza el de Grimmelshausen y los de los poetas románticos, reunidos luego en dos volúmenes póstumos. En el mundo académico alemán la crítica de G. resultó de una novedad casi revolucionaria por el abandono del método histórico, la insistencia en la experiencia interior de los autores de quienes el crítico se ocupa, y singularmente en los últimos ensayos, la atención prestada al hecho literario específico; en este aspecto nos hallamos ante un verdadero gran escritor, que domina una prosa plástica y rica y sabe ser también orador convincente.
V. M. Villa