Nació el 11 de febrero de 1780 en Karlsruhe y murió el 26 de julio de 1806 cerca de Winkel. Se trata de una típica figura femenina del romanticismo alemán. De salud precaria y temperamento apasionado, a los diecisiete años ingresó en el pensionado de muchachas nobles. En sus primeras obras (v. Fragmentos poéticos y Poesías y fantasías) se revelan sentimientos melancólicos y panteístas. En 1802 conoció a Bettina Brentano (v.), otra heroína célebre, aun cuando menos wertheriana; la amistad entre ambas dio lugar a una apasionada correspondencia, sellada por la novela de la Brentano, Günderode (v.).
Luego de una pasión desgraciada por el jurista Savigny (v.), enamoróse en 1804 del filólogo Friedrich Creuzer, quien, casado y profesor, acogió con prudencia las ardientes declaraciones de la poetisa, y luego fue su amante, aun cuando no se decidió al divorcio, en parte por gratitud hacia su esposa, que le había cuidado abnegadamente en el curso de una grave enfermedad. Tras dos años de terribles alternativas en las que se interesó todo el cenáculo de Francfort, Creuzer reconcilióse con su mujer, y G., cual nueva Safo, se dio muerte junto al Rin.