Franz Werfel

Nació en Praga el 10 de septiembre de 1890 y murió en Beverly Hills el 27 de agosto de 1945. Era hijo de una familia hebrea de acaudalados comerciantes. Pronto se relacionó con las corrientes lite­rarias modernas y algunos de sus seguido­res, como Kafka y Max Brod y Rilke ejer­ció sobre él cierta influencia. Terminados los estudios universitarios fue lector de la empresa editorial Kurt Wolff, de Munich, que publicaba sobre todo textos de escrito­res impresionistas. En 1915-17 sirvió en el ejército austríaco. Posteriormente, una vez casado con la viuda del compositor Gustav Mahler, residió en Berlín y Viena. La ocu­pación de Austria por las tropas alemanas en 1938 forzóle al destierro; marchó prime­ramente a Francia, y en 1940, mediante una accidentada huida, llegó a Norteamérica, donde se estableció en California, junto con Thomas Mann y otros emigrados.

Su pro­ducción, extremadamente diversa y un tan­to apresurada, experimentó decisivamente la influencia de la tradición culturas católica austríaca, de la fantasía y la fe judaico- oriental del autor, de la música (en este aspecto cabe mencionar la novela biográfica Verdi, la novela de la ópera, 1924, v.), de la crisis de la primera posguerra, del psico­análisis freudiano, y, finalmente, de la revo­lución artística llevada a cabo por el ex­presionismo. Durante largo tiempo Werfel fue considerado el principal lírico de este mo­vimiento, e influyó de manera singular en la joven generación pasada a través de la experiencia de la guerra; sus novelas, tra­ducidas a muchos idiomas, alcanzaron un éxito mundial. Las características principa­les de su lírica son la tendencia a lo retó­rico y patético, los temas sensacionales de los contrastes reveladores, y la lozanía de la expresión lógica en metáforas con frecuen­cia exaltadas.

Sus versos se hallan reunidos en El amigo del mundo [Der Weltfreund, 1911], Somos [Wir sind, 1913], Uno a otro [Einander, 1915], El día del juicio [Gericht stag, 1919], Juramentos [Beschwörungen, 1923], Poesías de los años 1908-1945 [Ge­dichte aus den Jahren 1908-1945, 1948]. Werfel dedicóse también al teatro, al que llevó un acusado ambiente de ópera. Intento notable fue la refundición de Las Troyanas (v.) de Eurípides (1915). En la «.trilogía mágica en verso» El hombre del espejo (1920, v.) el autor mezcló el estilo alegórico del expre­sionismo a reminiscencias del Faust de Goe­the; predomina, en cambio, el realismo del drama histórico en la obra teatralmente bien construida Juárez y Maximiliano (1925, v.), que pretende representar la tragedia del hombre justo. La del judaismo en la época final del Imperio romano aparece en Pablo entre los judíos (1925-26, v.), y la del co­munismo idealista en El reino de Dios en Bohemia (1930, v.). La evolución de Werfel en la fase de la madurez se halla dominada cada vez más por el tema religioso de la renovación del hombre a través de la vida interior y la fe cristiana.

Las experiencias de la emigración constituyen la base sobre la cual se levanta la «comedia de una tra­gedia» Jacobowsky y el coronel (1944, v.). Sin embargo, nuestro autor desarrolló la mayor variedad de temas en la narración y la novela. Entre los textos narrativos más típicos del estilo expresionista cabe mencio­nar No el asesino, antes bien el asesinato es culpable [Nich der Mörder, Sondern der Ermordete ist schuldig, 1919] y La muerte del pequeño burgués [Der Tod des Klein­bürgers, 1927], con su mezcla de éxtasis e ironía. En el psicoanálisis se basa la novela El aniversario del examen de aptitud [Der Abituriententag, 1928]; en cambio, Bárbara o la piedad [Barbara oder die Frömmigkeit, 1929] y Estafa de cielo (1939, v.) vuelven al tema de la fe en el alma de una criatura sencilla y olvidada por la existencia. Werfel, en efecto, buscó el vigor y la pureza de la fe sin condiciones en la simplicidad de los espíritus sinceros; ello constituye asimismo el motivo esencial de La canción de Ber­nadette (1941, v.), obra llevada además al cine, el teatro y la radio, y en la cual se desarrolla el tema de los milagros de Lour­des.

A la historia más reciente aparece de­dicada la gran novela, llena de inquietud, Los cuarenta días del Mussa Dagh (1933, v.), en la que se narra la opresión y el aniquilamiento de los cristianos armenios de Turquía durante la primera Guerra Mun­dial; esta obra puede considerarse la crea­ción más madura de Werfel en el campo de la narrativa. En La estrella de los no nacidos (1946, v.) aparecen nuevamente gran parte de la utópica y desenvuelta pompa fantás­tica del poeta lírico, sin que, no obstante, en la arrolladora sucesión de las visiones e ideas y en el júbilo ilimitado de la narra­ción se llegue a la verdadera transfigura­ción artística.

Las obras menores en prosa de Werfel aparecen reunidas bajo el título Re­latos de dos mundos [Erzählungen aus zwei Welten, 1948]; sus ensayos, en gran parte de polémica contra el nihilismo de los natu­ralistas y expresión de la apasionada reli­giosidad del escritor y de su espiritualidad cristiana formada en el Antiguo Testamento, han sido publicados póstumos en el volu­men Entre arriba y abajo [Zwischen Oben und Unten, 1946]. El conjunto de la pro­ducción de Werfel puede considerarse como uno de los documentos más representativos de la crisis ideológica, psicológica y política de la sociedad europea en la primera mitad del siglo actual.

F. Martini