Novelista catalán. Nació en Sabadell en 1898 y murió en Santiago de Chile en 1958. Hijo de un procurador de los tribunales, estudió en su ciudad natal y más tarde obtuvo el título de procurador, profesión que ejerció sin gran vocación.. Trabal fue uno de los fundadores y principales componentes de «La Mirada», cenáculo sabadellense que durante una veintena de años animó la vida literaria y artística de la populosa ciudad industrial. El Diari de Sabadell, del cual Trabal fue director, la Asociación de Música, la Academia de Bellas Artes, la editorial «La Mirada», diversos certámenes literarios y algunas revistas de vida efímera, fueron empresas a las que Trabal prestó su incansable entusiasmo y su inquietud espiritual.
Si bien colaboró desde muy joven como periodista en la prensa local, su afición a la literatura no despertó en él hasta 1929, año en que publicó su primera novela, El hombre que se perdió [L’home que- es va perdre]. En 1925 había aparecido El año próximo [L’any que ve], colección de chistes con dibujos del propio Trabal y de algunos de sus compañeros de grupo; el librito era una «boutade» sin otro objeto que el de escandalizar a la burguesía industrial de la ciudad y remover un medio dominado casi exclusivamente por preocupaciones de orden material. Siguieron otras novelas, entre ellas Judita (1930), todas informadas por un humorismo «sui generis», gratuito y desorbitado. En 1936 apareció Vals, la obra más lograda de nuestro autor; en gran parte autobiográfica, no oculta sus vínculos con la realidad anecdótica del momento ni el fondo, al fin y al cabo sentimental, del alma del autor.
Esta novela obtuvo el premio Creixells (1936). A fines de 1939, Trabal pasó a Francia y de allí a Santiago de Chile, donde promovió diversas empresas literarias, radiofónicas y editoriales. Allí aparecieron versiones castellanas de sus novelas Judita (1941) y Vals (1945). En 1946 una editorial catalana de México publicó su última novela, Temperatura, en la que el humorismo característico del autor alcanza dimensiones espectaculares, aun cuando de escasa eficacia (v. Novelas).
J. Oliver