Nada conocemos de la vida de este poeta griego del siglo II. Las referencias de algunos de sus epigramas a Artemidoro Capitón, médico de la época de Adriano (117-138), permiten remontar a estos años la composición de su Musa paídica (v.).
Formado por un centenar de epigramas de nuestro autor y de otros, el conjunto, que ocupa el libro XII de la Antología palatina (v.), revela a un poeta que parece manifestar un interés anormal y morboso respecto a ciertas aberraciones eróticas, indudablemente corrientes en la civilización clásica y con una larga y elevada tradición literaria, a la que Estratón alude evidentemente cuando dice: «Escribo estos poemas para otros amadores, porque los dioses me dieron el arte del canto».