Ernest Dowson

Nació el 2 de agosto de 1867 y murió el 23 de febrero de 1900 en Londres. Pasó la juventud en Inglaterra y Francia, donde su padre veíase obligado a permanecer largas temporadas en la costa, debido a su precaria salud.

Por esta causa, Dowson carece de instrucción regular: ingresa en el Queen’s College de Oxford, pero no ter­mina los estudios. A la muerte de su proge­nitor le tocó en herencia un dock en el East End de Londres.

Establecido en aquel sór­dido barrio, empezó a frecuentar cafetines y tugurios, y durante días y noches enteros vivió sumergido en aquel miserable am­biente. En uno de tales establecimientos se enamora de la hija del propietario, una muchacha ni bella ni inteligente que acaba­ría casándose con un camarero, la cual, transfigurada sin embargo, por las nostál­gicas reminiscencias catulianas de Dowson, habría de convertirse en la Cynara de Non sum qualis eram bonae sub regno Cynarae (v.).

Desde Londres se trasladó luego a París, y más tarde a Les Halles y Dieppe. A fines de 1899 volvía a la capital inglesa, alcoholi­zado y tuberculoso. Un buen amigo lo re­coge cierto día en un tabernucho, entonte­cido por el hambre; Dowson pareció recobrarse y llegó a proyectar nuevas obras, pero mo­ría poco después.

Típico poeta decadentista, experimentó la influencia de Swinburne, Verlaine, Catulo y Propercio, y también de la himnografía cristiana. Además de una novela autobiográfica, escrita en colabora­ción con Arthur Moore, A Comedy of Masks (1893), compuso delicadas poesías líricas inspiradas en sus inquietas experiencias y reunidas en Verses (1896).

En 1897 apareció la comedia en verso The Pierrot of the Mi­nute. Siguieron algunas desvaídas narracio­nes y varias traducciones del francés. La edición completa de sus obras fue publicada, con un ensayo de introducción de Arthur Symons, en 1919 (Poems and Prosa). En 1944 y 1947 ven la luz una biografía y la anto­logía de sus narraciones, de las que cuidó Mark Longaker.