Con este nombre se hallan reunidos en los códices del Minnesang alemán varios grupos — probablemente cinco — de canciones de autores diversos.
Según se ha dicho, en el extraño conjunto aparecen, junto a perlas verdaderas, otras falsas, e incluso alguna piedra sólo medianamente pulida. De todas formas, una tercera o cuarta parte de la colección puede ser juzgada buena y atribuida a Dietmar «el Viejo», retoño de una familia de barones austríacos del Aist.
De acuerdo con distintos documentos, debió de vivir entre 1139 y 1171. Aparece mencionado por vez primera en uno de Salzburgo, y con las palabras «nobilis homo N[omine] Ditmarus, filius Gotafridi et Perthe de Agasta» (Agasta = Aist, río que desemboca en el Danubio más allá de Linz).
Aproximadamente a la misma distancia de esta ciudad, pero más arriba, se halla el Kürenberg, donde escribió sus canciones un importante contemporáneo de Dietmar, representante de la primitiva lírica austrobávara: «Kürenberger». En esta zona también, y en igual época, debe situarse una gran obra épica: la Ältere Not, considerada como preliminar del Nibelungenlied. Entre los exponentes de la citada poesía austrobávara cabe colocar a Dietmar, personalidad con destacadas notas artísticas individuales.
En él aparece ya superada la primitiva uniformidad estrófica de las anteriores composiciones poéticas de los cantores, vinculadas aún al arte popular. Presenta asimismo los inicios de la refinada tripartición propia del Minnesang más tardío en el momento de su máxima delicadeza galante (cabe advertir, sin embargo, que los críticos niegan en parte a Dietmar la paternidad de estas canciones).
Como en la lírica primitiva, asimismo en nuestro autor predomina la imagen de la mujer enamorada que desea al hombre y lucha por obtenerlo (más tarde, en cambio, será éste quien cantará y penará por el amor de su dama). El sentimiento amoroso femenino ennoblece y purifica el tempestuoso desenfreno del hombre. El ideal de la «maze» galante halla aquí su forma artística.
Con los cuadros de la naturaleza y el empleo del tema de la primavera con el tilo verdeante y el ruiseñor, Dietmar anuncia los motivos más tarde propios del Minnesang; en cambio, el símbolo del halcón, de que también gusta (el enamorado es el halcón que rehúye los cuidados de su compañera), proviene de una etapa evolutiva precedente (v. Poesías de amor cortés).
K. Kurt Klein