Nació en 1585 en Sevilla, donde murió en 1634. Perteneciente a un noble linaje, a la muerte de su padre convirtióse en cabeza de familia, y empezó a andar en pos de honores y cargos que pudieran darle notoriedad y beneficios económicos. En 1612 ingresó en el Santo Oficio y más tarde figuró entre los Veinticuatro de su ciudad natal; también fue tesorero de la Casa de Contratación. Desempeñó, además, otros cargos, y durante algún tiempo residió en Madrid, donde obtuvo el aprecio del rey y la corte. Vuelto a Sevilla, en 1625, y gracias a su protector, el conde-duque de Olivares, recibió el nombramiento de alguacil mayor, al que se hallaba aneja una buena retribución. En 1629 su maltrecha salud le forzó a una mengua de su actividad; los últimos años de su vida se vieron afligidos por muchos disgustos familiares.
De su exigua producción dramática citaremos, en particular, Santa Margarita, Juan Latino, Los Médicis de Florencia (buena descripción del Renacimiento italiano) y la obra maestra El príncipe Don Carlos (v. Don Carlos), primer texto dedicado al infeliz hijo de Felipe II y eficaz reconstitución histórica de gran pureza estilística y agudo análisis psicológico. Escribió también versos de circunstancias con motivo de varias fiestas cortesanas, y desde su juventud fue elogiado por Lope de Vega, Cervantes y Pérez de Montalbán.
P. Raimondi