Nació el 29 de diciembre de 1873 en Lunéville, donde murió el 17 de marzo de 1907. Hijo de una rica familia de industriales, separóse de tal ambiente para dedicarse por completo a la poesía; vivió en París o en su localidad natal, y viajó por Alemania e Italia. Fundador y principal colaborador en Nancy de la revista Le Sonnet Mensuel, escribió luego para los periódicos parisienses más importantes, y publicó al principio una serie de cuadernos de poesía de carácter netamente simbolista en los que procuró fundir el cerrado estilo de Mallarmé con las efusiones sentimentales de Rodenbach y Albert Samain.
Reveló su originalidad en El corazón solitario (1898, v.), en armoniosos versos que reflejan un temperamento sensible, atormentado por la duda, envilecido por una supuesta mediocridad del propio yo, exasperado por la idea de la dificultad de un gran amor y tendente en vano a un sueño de gloria. En los últimos años, y siguiendo las huellas de Francis Jammes, inclinóse también al «simbolismo cristiano» y trató de superar sus egoístas sufrimientos con un sentimiento más amplio de solidaridad humana; la inspiración poética del autor pareció gravemente afectada por esta evolución espiritual, y así, sus dos últimas colecciones resultan, en general, más frías y medidas (Le semeur de cendre, 1901; L’homme intérieur, 1905), e incluso permiten vislumbrar en la corta existencia de G. una especie de parábola ejemplar.
M. Bonfantini