Nació en Paris en 1391 y murió en 1465 en Amboise. Hijo de Luis de Orléans y de Valentina Visconti, crece entre las comodidades y el lujo de la corte francesa y recibe de su madre un humanismo extremadamente aristocrático.
A los catorce años se desposaba con Isabel, la joven viuda del monarca inglés Ricardo II. Hecho prisionero en Azincourt, permaneció cautivo en Londres durante veinticinco años; en sus Poesías (v.) alientan la delicada nostalgia de Francia y la añoranza de los seres queridos. Recobrada finalmente la libertad en 1440, vive en Blois y Tours.
La retirada existencia que llevó en el curso del cautiverio y después de éste, explica el carácter esencialmente íntimo de su obra. Ni las raras manifestaciones de actividad política o militar ni la agitación coetánea con que hubo de enfrentarse — el asesinato de su padre y la consiguiente persecución del asesino, el segundo matrimonio con Bonne d’Armagnac después de una alianza concluida entre las dos familias, los motines de 1414 en París, la tercera boda con Marie de Clèves y el fracaso de 1447 al intentar recoger en Asti la herencia materna — lograron hacer de este poeta cortesano y epicúreo una figura destacada en el ámbito político.
A los sesenta años alegrábase de poder vivir finalmente su «vida interior», rodeado de amigos y poetas; recordaba, sonriente, sus aventuras pretéritas; hablaba de la vanidad de los afanes de los hombres, complacíase en las alegorías y componía bellísimos «rondeaux».
Alcanzada mediante los años una mayor gravedad y una fe religiosa más intensa, gustaba referirse a la «sabiduría», con lo que se atrajo las mofas de Luis XI, que jamás le apreció. El varón de su tardía prole subió al trono de Francia con el nombre de Luis XII.
P. Marchetti