Nació en Fabrezan (Aude) el 1.° de octubre de 1842 y murió en París el 9 de agosto de 1888. Formado en una familia de artistas y científicos, estudió Filología y Medicina, y vinculó su nombre a algunos descubrimientos sensacionales de la ciencia coetánea.
Ideó la síntesis artificial de las piedras preciosas y estableció los principios de la fotografía en colores (1869); estudió la posibilidad de las relaciones interplanetarias (1877) e inventó el fonógrafo, cuya teoría presentó a la Academia de Ciencias el 30 de abril de 1877, seis meses antes de la realización de Edison.
Sin embargo, junto a sus excepcionales aptitudes científicas poseía el don poético y un temperamento bohemio y fantaseador que le indujo a una vida irregular y disoluta. Amigo y compañero de Verlaine, Sully-Prudhomme, Mérat y Coppée, fue uno de los literatos que acogieron al joven Rimbaud, a quien C. dio hospitalidad al llegar a París.
Sus primeras poesías, influidas por el romanticismo alemán de Heine, se titulan Divinations. El talento poético de C. quedó afianzado con El cofrecillo de sándalo (1873, v.), conjunto de pequeños poemas «fantaisistes» que gustaron a Verlaine por afinidad de sensibilidades. Nuestro autor fundó el cenáculo de los «Zutistes», uno de tantos en su tiempo.
Primero en Montpamasse y luego, a partir de 1870, en Montmartre, fue consumiendo lentamente su vida y su talento entre las mujeres, la prodigalidad y el alcohol; pronto se convirtió en una especie de institución caricaturesca y de atracción cómica y piadosa de los cafés de moda, hasta el punto de que un hábil hotelero, iniciador de la fama de Montmartre, utilizóle como sugestivo reclamo para la inauguración, en el centro de París, de un nuevo establecimiento, destinado a un gran éxito y a una misión histórica en el ambiente artístico y literario: «Le chat noir».
Allí pasó C. los días y las noches con el alma exhausta y envenenándose con alcohol y ajenjo. Una prematura muerte le ahorró las extremas derrotas y humillaciones.
E. Cassa Salvi