Casimir Jean François Delavigne

Na­ció en Le Havre el 14 de abril de 1793 y murió en Lyon el 11 de diciembre de 1843. En París frecuentó el Lycée Henri IV y, alen­tado por su hermano mayor Germain, em­pezó todavía muy joven a componer ver­sos; un ditirambo dedicado al nacimiento del rey de Roma y luego La bataille de Waterloo, composición que, incluida más tarde en el grupo de textos líricos patrióticos Las mesenianas (1818, v.), alcanzó un gran éxito.

En los sucesivos Chants populaires y en los Derniers chants exaltó, con un gusto que oscila entre la tendencia clasicista y la ro­mántica, los hechos de la vida coetánea francesa y su admiración respecto de Grecia e Italia. Tras la buena acogida dispensada al drama Las Vísperas Sicilianas (1819, v.), se dedicó al teatro.

De acuerdo con las aficiones del público, y utilizando hábilmen­te esquemas de autores extranjeros, se atrajo el beneplácito popular — con frecuencia de carácter político — en La Paria (1821), Marino Fallero (1829, v.), Luis XI (1832, v.), Los hijos de Eduardo (1833, v.), etc.

No carente de facultades dramáticas, el equili­brio logrado entre clasicismo y romanticis­mo le procuró notables éxitos; no obstante, a partir de 1830, el entusiasmo por el drama francamente romántico marcó el declive de su fortuna. Perteneció a la Academia Fran­cesa desde 1825.

M. Pasquali