Nació en el barrio de la Morería de Madrid en 1581 y murió en la misma ciudad en 1635. Estudió en Alcalá de Henares y más tarde en Valladolid, adonde su padre, agente de negocios de Indias, hubo de seguir a la corte. Vuelta ésta a Madrid, sucedió a su progenitor en la agencia. Por una riña sangrienta con Diego de Persia fue procesado; libre ya de la justicia volvió a caer en sus manos por unas sátiras contra unos alguaciles. Condenado a dos años de destierro e indultado a los seis meses fue nuevamente desterrado a Zaragoza, se ignora por qué causa. Visitó Tudela y volvió a Madrid, donde continuó viviendo. Fue amigo de Paravicino, de Valdivielso y de Cervantes. Escribió unas Rimas mediocres; sólo en las piezas de carácter popular y en los epigramas consigue cierta calidad.
Compuso obras dramáticas, especialmente entremeses, que intercaló en sus novelas (El busca- oficios, Las aventuras de la Corte). Pero donde verdaderamente sobresale nuestro autor es en el campo de la novela y el cuento. La hija de la Celestina o La ingeniosa Elena (1612, v.) novela picaresca, en forma dialogada, es uno de los últimos ecos de la obra de Rojas. En la novela el Caballero puntual (1614, v.), imita al Quijote. Una de sus mejores obras es Don Diego de Noche (1623, V.,) en la que se relatan nueve aventuras. En todas sus producciones (además de las citadas, Corrección de vicios, 1615; El sagaz Estado, 1620, v.; El sutil cordobés Pedro de Urdemalas, 1620, v., Casa del placer honesto, 1620; La sabia Flora Malsbidilla, 1621; Las fiestas de la boda de la incasable mal casada, 1622; Estafeta del dios Momo, 1627, v., y El curioso y sabio Alejandro, 1643, v.), intercala el autor episodios y anécdotas fuera de la acción principal. Su estilo es natural y sencillo; no cayó en el culteranismo, aunque no se burló de él, acaso por ser amigo de Paravicino.