Nació en París el 27 de julio de 1824 y murió en Marly-le-Roy el 27 de noviembre de 1895. Hijo natural de su anterior homónimo, durante la juventud sufrió a causa de su falsa posición en la sociedad y reaccionó contra ello lanzándose ciegamente a una vida licenciosa, que él mismo definió «orageuse».
Sin embargo, el temperamento de moralista que ocultaba en su alma le reprendía con una autocrítica cada vez más perentoria, atestiguada incluso por el título de su primer y único tomo de versos (Péchés de jeunesse). Su dura experiencia no sólo influyó en su futura actitud de apostolado moral, sino que particularmente provocó también la centella de su inspiración artística.
A los veinticuatro años alcanzó repentinamente la celebridad con La dama de las camelias (1848, v.), de neto fondo autobiográfico. Aun contra todos los pareceres opuestos de los críticos y las negativas de varias actrices a representar el papel de la protagonista, obstinóse en llevar a la escena su patética prostituta; ello le valió en 1852 un extraordinario éxito, que se repitió en todos los teatros de Europa.
Con posterioridad a Diane de Lys, en la que su tendencia moralizadora se muestra más bien en sordina, no compuso ya en lo sucesivo obra alguna que no propusiera una tesis moral concreta. De esta suerte, el moralista llegó a superar con frecuencia al literato, con lecciones perfectamente obvias y diálogos superfluos y retóricos, y la introducción del insoportable personaje del «raisonneur»; por si ello no fuera suficiente, los prólogos, casi siempre polémicos, pasaron a reforzar las tesis y, a su vez, las «brochures» de actualidad insistieron en las afirmaciones de aquéllos.
Afortunadamente, nuestro autor era un genio teatral y a este don — no a su evangelio laico — debe todavía hoy su fortuna. En unos cuarenta años dio al teatro, además de las dos obras citadas, El «demimonde» (1855, v.), La question d’argent (1857), Le fils naturel (1858), Le père prodigue (1859), El amigo de las mujeres (1864, v.), Las ideas de madame Aubray (1867, v.), Una visita de bodas (1871, v.), La princesse Georges (1871), La mujer de Claudio (1873, v.), El señor Alfonso (1874, v.), L’étrangère (1876), La princesse de Baghad (1881), Denise (1885, v.) y Francillon (1887, v.), y dejó incompletas La Troublante y La route de Thèbes. Compuso también algunos textos de actualidad: L’homme-femme (1872), La question du divorce (1880) y La recherche de la paternité (1883). La dama de las camelias ha sido una de las novelas más leídas y su protagonista, Margarita Gautier (v.), ha creado un verdadero mito.
C. Falconi