Aleksei Konstantinovich Tolstoi

Nació el24 de agosto de 1817 en San Petersburgo y murió el 28 de septiembre de 1875 en su pro­piedad de Krasnyj Rog (gobierno de Chernigov). Hijo de una familia perteneciente a la antigua nobleza, luego de haber pasado la infancia en Ucrania regresó a la capital rusa, donde fue admitido en la corte junto con otros niños en calidad de compañero de juegos del zarevitz, el futuro emperador Alejandro II. En 1827 marchó al extranjero; en Alemania, como narró posteriormente, conoció a Goethe, quien le sentó en sus ro­dillas. Recibió una esmerada formación, que tendía sobre todo a hacerle un hombre culto.

Su madre era hermana de la escritora Fogorel’skaia-Perovskaia, y la familia se hallaba vinculada a una serie de tradiciones lite­rarias. Destinado, tras los estudios universi­tarios que cursó en Moscú, al servicio diplo­mático, fue enviado a la embajada rusa de Francfort del Main. Estallada la guerra de Crimea, tuvo en ella una participación no­table, lo mismo que su primo lejano Lev Nikolaevich, quien escribió acerca de la cam­paña en cuestión las narraciones de Sebasto­pol (v.). En cuanto al punto de vista estético, empero, Aleksei Konstantinovich pertene­ció a otra orientación distinta: la denominada «del arte por el arte», y ello aun cuando en varias ocasiones convirtiera en tema artístico incluso sus convicciones polí­ticas y sociales.

Éstas, a pesar del acentuado carácter occidental de la cultura del poeta, presentaron matices más bien eslavos que propios de Occidente; así lo atestiguan su admiración por la organización social de la antigua Rusia de Kiev, la poesía épica po­pular y, singularmente, la lengua del pue­blo, que hasta procuró imitar varias veces en sus composiciones. Un lugar propio en la evocación del pasado, grata al autor, tuvo el siglo XVI, que le ofreció el contenido de su gran trilogía teatral de los años 1866-70 — La muerte de Iván el Terrible (v.), El zar Fedor Joannovich (v.) y El zar Boris (v.) —, de la novela El príncipe Serebrianyi (1863, v.), y de diversos cantos. Caracterís­tica peculiar de su actitud de literato fue la participación, junto con los primos Jemchujnikov en la creación de una falsa figura de poeta, Koz’ma Prutkov, aprovechada para la caricatura de algunos aspectos de la vida literaria contemporánea.

Entre los pequeños poemas de Tolstoi cabe mencionar El retrato, inspirado en Byron, pero a través de Lermontov; Juan Damasceno, Don Juan, el jo­coso y humorístico titulado El sueño del consejero Popov, y, finalmente, El dragón, en tercetos y referente a la lucha entre los güelfos y gibelinos de Italia. Dignas de re­lieve son también las páginas que escribió para la representación de su trilogía dramá­tica, por cuanto contienen muchas ideas que posteriormente pasaron a ser patrimonio de la moderna dirección teatral. Su vida fue tranquila, trascendental: sólo llenóla y pa­reció perturbarla un gran amor, que poste­riormente dio lugar a una casi serena vida conyugal.

E. Lo Gatto