[La naturaleza original]. Obra de Wang An-shih (1021-1086), poeta, filósofo y hombre político chino. Sus escritos muestran su genialidad en todas las esferas; su nueva Constitución que fue puesta en práctica en su tiempo operó una gran revolución en el campo jurídico; sus artículos sobre diversos temas demuestran su sabiduría y su sistematización minuciosa de los diversos conocimientos; sus poesías, espontáneas y delicadas, son comparables a las de Tu Fu.
La naturaleza original formula su concepto nuevo acerca de la naturaleza humana, que ha proporcionado tema a los filósofos para varios siglos. Para él la naturaleza humana es como el «T’ai-chi» (Gran polo) del universo (v. I Ching y Chou Tzû Ch’üan Shu), y partiendo de este punto el autor critica las teorías precedentes acerca de la naturaleza humana, rechazando tanto la teoría de Han Yü, que cree que las cinco virtudes confucianas (humanidad, justicia, sabiduría, obediencia a los ritos, fidelidad) no son necesariamente buenas, esto es, «a priori» y propias de la naturaleza humana, como las opiniones de Mencio, el cual considera la naturaleza humana buena «a priori», y de Hsün Tzû, que sostiene ser «a priori» mala. Ninguno de ellos tiene completamente razón, porque si bien es verdad que la naturaleza humana está connaturada con el «T’ai-chi», el cual ha creado los cinco elementos, de los que proceden las ventajas y las desventajas, siendo estas últimas producidas después de los elementos, no podemos tomarlos para juzgar de la naturaleza del «T’ai-chi», y por lo tanto no podemos tampoco juzgar la naturaleza humana en términos de bondad y de maldad.
Más cercano a la verdad está Yang Hsiung, el cual ve elementos buenos y elementos malos en la naturaleza humana; pero como él define la variedad de la naturaleza humana en términos de práctica o de hábito, no es todavía completo. La naturaleza humana en sí no es buena ni mala: tal variedad se origina cuando la naturaleza está en contacto con las cosas exteriores, las cuales, a su vez, despiertan las emociones, y entonces el bien y el mal se manifiestan en ella. Los vulgares intentan desarrollar los elementos malos de la naturaleza y por eso se vuelven malos en su naturaleza y en sus sentimientos, y no es porque en la naturaleza de los virtuosos falten los elementos malos. La naturaleza y los sentimientos son comparables al arco y a la flecha, que dependen uno de otro para efectuar el tiro al blanco, que es el hecho esencial. Hay en esta doctrina, una influencia del budismo, a cuyos textos Wang An-shih hizo importantes comentarios.
P. Siao Sci-yi