Walden, Henry Thoreau

Obra del norteamericano Da­vid Henry Thoreau (1817-1862), publicada en 1854. Su importancia en la historia del movimiento trascendentalista sólo es infe­rior a la de las obras de Emerson, y es una obra clásica de la literatura americana. En 1845 el escritor se retiró a Walden Pond, propiedad de William Emerson, y allí vivió durante dos años solo, con las plantas, los animales, la tierra, el cielo, el agua y unos pocos libros.

Aquel experimento, aun naciendo de análogas tendencias espiritua­les, fue exactamente el opuesto al organi­zado por George Ripley (1820-1880) en Brook Farm. En Brook Farm se aspiraba, en efecto, a mejorar al hombre y sus condicio­nes de vida por medio de un sistema colec­tivista agrario. Walden es el diario escrito por Thoreau durante sus dos años de retiro. El libro al que mejor puede ser comparado es el Robinson Crusoe (v.). En él nos mues­tra el escritor el atento espíritu de obser­vación del naturalista, su espontaneidad verdaderamente primitiva de hombre que aborrece la civilización más por instinto que por propósito literario, y su tendencia a filosofar, propia de aquella época, y natural en quien prefiere la vida solitaria y medi­tativa.

La naturaleza no ejerce sobre Tho­reau la atracción mística- que ejercía en Wordsworth; es su compañera deleitable y necesaria, y goza de ella como de un dere­cho natural del hombre. Este libro posee altos méritos estilísticos: la precisión y sen­cillez de su lenguaje son a menudo admi­rables, y Thoreau revela en él la familiaridad que, a pesar de su desprecio por la tradición, tuvo con los escritores griegos y latinos. Los defectos más salientes del escritor son la frecuente y clara imitación de Emerson, que fue su maestro y protector; la tendencia a incurrir en oscuridades de oráculo, y un tono a veces declamatorio; pero lo excelente predomina en conjunto sobre lo menos bueno.

C. Izzo

.Las páginas admirables de Walden… me hacen pensar que cada uno va leyéndolas en sí mismo, de tal modo brotan de nuestra íntima experiencia. (Proust)

Examinó su propio rincón con una lente y, a pesar de admirarlo, acabó por anatomi­zarlo. (D. H. Lawrence)

…Walden, a pesar de su unidad, no es más que una serie de ensayos, de descrip­ciones y de reflexiones unidas por un mismo tono y un mismo pensamiento informador. La prosa de Thoreau no puede ser exce­lente más allá de un párrafo, pero dentro de estos límites su unidad es perfecta. Evita los excesos que su autor desaprueba en muchos pensadores de su época; posee constantemente la moderación y el laconis­mo que él apreciaba; está llena de frases «concentradas y sabrosas». Frases que su­gieren mucho más de lo que dicen, que crean una atmósfera, que no son sencilla­mente viejas cosas repetidas, sino que evo­can ideas nuevas; frases sólidas como un acueducto romano. (L. Lewisohn)