Colección de hagiografías del monje de Galilea Cirilo de Escitópolis (510-557 aproximadamente), notable desde el punto de vista histórico. La primera en orden cronológico es la vida de San Eutimio, fundador del convento donde Cirilo inició la vida monástica hacia la edad de treinta años (543).
La vida de San Sabas está inspirada en la misma necesidad de investigación en torno a la vida de los fundadores de conventos palestinianos, en que el autor pasó su vida. Sucesivamente escribió también las vidas de San Juan Esicasta, de San Cirilo, del cenobiarca Teodosio y del obispo Teogonio de Betelia. Para estas últimas vidas Cirilo depende de fuentes anteriores, que, con todo, utiliza con suficiente sentido crítico. Esta obra ha quedado incompleta por causa de la muerte prematura de su autor, cuya intención consistía en reunir una gran serie de biografías de monjes. No obstante constituye una fuente de primera importancia para la historia del monaquisino de Palestina y de las controversias religiosas en Oriente. Además, éstas están compuestas en un estilo sencillo y llano, casi descuidado y exento de aquella enfermedad característica de la literatura bizantina, esto es, la retórica.
Cirilo, privado de una educación de escuela, en forma sencilla narra las vidas de sus santos, poseído de un ideal ascético, no descuidando ningún elemento edificante y con un sentido ingenuo del milagro, propio de su ambiente monástico. Con todo, está dotado de un discreto sentido histórico, y se distingue por lo atendibles que son hasta cierto punto los hechos referidos y por un cuidado suficiente en las determinaciones cronológicas.
S. Impellizzeri