[Erlebtes Leben]. Es la autobiografía escrita en 1924, y al mismo tiempo uno de los libros más importantes de Rudolf Binding (1867-1938), que tanta influencia ha ejercido en las últimas generaciones de escritores alemanes. La obra se halla dividida en cuatro «libros».
El primero tiene por subtítulo «Odisea infantil» [«Kindliche Odyssee»], y describe las peregrinaciones que el autor, hijo de un profesor de Universidad, hizo de niño por las varias sedes académicas de su padre. Pero «la odisea», esto es, el sentido del dolor y de las dificultades ya en la vida infantil, nace del carácter de Binding niño; en aquel contraste suyo entre cualidades afectivas, sentimentales y hasta tiernas (tal vez heredadas de la madre) y cierta aspiración al heroísmo, al estoicismo (tal vez derivados del padre), pero a la que no faltaba, en el hijo, una punta de voluntario cinismo y de teatralidad. El segundo libro se intitula «Enseñanza y vacío» [«Lehre und Leere»], y describe los años pasados por Binding en las escuelas medias y en la Universidad.
Escrita después de la derrota de Alemania, cuando el autor había ya pasado la época de su madurez, estar obra acentúa con crudeza y mordacidad la sátira, común a muchos escritores alemanes, de las enseñanzas recibidas en las escuelas antes de la primera guerra mundial: enseñanzas definidas como inútiles, vacías e hipócritas. El tercer libro, «Hermes» [«Der Hermes»], describe el viaje a Italia y el viaje a Grecia, terminados a los pies de la estatua de Hermes. A los cuarenta años Binding, inquieto, desengañado de muchas y diversas experiencias, enfermo, va a Italia y en Florencia obtiene su «Erwachen», su «despertar», esto es, la revelación de ser poeta. A este cambio contribuyó un juicio de D’Annunzio, al cual fue mostrada una traducción, hecha por Binding casi como ejercicio de lengua, de la célebre poesía «La muerte del ciervo» (v. Alción).
En Grecia, Binding sintió confirmada su vocación de artista, y a los pies de Hermes creyó o se forjó la ilusión de haber hallado la salida del subjetivismo nórdico y romántico en la objetividad clásica. El cuarto libro se intitula «Monumento» [«Denkmal»], y tal vez significa el monumento que Binding erigió con su evocación a la figura de su padre, célebre jurista, muy conocido en Alemania; pero este último libro se propone ofrecer también, con la enunciación de las ideas políticas de Binding, con la descripción de los años de la guerra y revolución, con la llamada a las nuevas generaciones, un carácter estatuario y monumental a su obra. En la experiencia de la guerra Binding creyó, en efecto, haber encontrado «la nueva medida», esto es, la realidad desnuda, inexorable, como una nueva religión sin ilusiones y sin amor.
Éste era su programa, pero el destino quiso que alcanzase el punto más alto de su poesía sólo cuando, en Orgullo y dolor (v.), después de haber conocido el desolado vacío producido por la derrota, el corazón del poeta fue invadido por tina elevada «pietas» o cuando, después de la muerte de su padre, el escritor evocó su figura con ojos enjutos, con firmeza viril, pero no desprovista de gran veneración y amor.
B. Tecchi