[Vida interior d’un escriptor]. Novela del escritor catalán Joan Puig i Ferreter (1882-1956), publicada en Barcelona en 1928. Se nos presenta como el comentario al diario íntimo de un dramaturgo y novelista catalán, Martí Recios, personaje autobiográfico.
«No escribimos una novela — dice el autor —, sino el drama de un espíritu, la crisis de una coniencia de artista. Es la historia de una caída mortal… hasta el momento en que el alma vuelve a elevarse hacia la alegría y la serenidad».
El apellido del protagonista («Recios», es decir, «Recluido») nos da ya la medida del personaje. En efecto, Martí Recios es un hombre reconcentrado, introvertido, que va analizándose con un deseo desesperado de sinceridad. Ello hace que sea para la realidad que le circunda un hombre duro, egoísta y frío. Que todo lo proyecte sobre la tortura estéril de su espíritu. Que no logre, en su vida material y artística, sino el fracaso. Pero será precisamente ese fracaso el que lo disparará, más adelante, agotadas ya todas las posibilidades, hacia una vida serena y fértil. La obra se divide en tres partes. En la primera, «El solitari» [«El solitario»!, se plantean problemas de orden estético. Martí Recios ha visto superada su estética empírica e intuitiva por la estética rigurosa, ordenada y racional de la generación subsiguiente.
Ello le ha llevado a una reconcentración y a un deseo de purificación y racionalización de su sistema, cuyos fundamentos son Vida y Belleza, una y otra subordinadas a un deseo de perfección moral. En la segunda, «L’apassionat» [«El apasionado»], el solitario se enfrenta con sus propias circunstancias: el nacimiento de un nuevo hijo, su mujer, la miseria material de su vida, el fracaso de su novela «Atracció i repulsió» [«Atracción y repulsión»], primer eslabón de un vasto plan constructivo, un deseo absoluto de huida y abandono, la vuelta a la amante de antaño, en definitiva: el fracaso total del hombre y el artista. La tercera parte, «L’artista» [«El artista»], es la vuelta a la familia, a la patria que había abandonado. El orgullo del hombre solitario que se ha creído un genio, a través del fracaso y de la desesperación, se ha convertido en humildad y amor. «Mi alegría será la de un corazón que se ha entregado todo», dice Recios. Y en esa nueva orientación de su vida, Recios ha encontrado el esquema de su estética, porque posee ahora el esquema vivo de su existencia.