Poema español compuesto a fines del siglo XIV, perteneciente al «mester de clerecía», obra de un clérigo de Toledo. Fue publicado en 1864 por Janer. Nos ha llegado en una mala copia, lo cual unido a la poca calidad de la obra, hizo que Menéndez Pelayo lo calificara de «prosaica rapsodia». Este clérigo intenta imitar a Berceo, tanto por lo que concierne al estilo, como por lo que se refiere a la intención de moralizar y edificar. Pero carece absolutamente de aquella gracia e ingenuidad tan típicas del autor de los Milagros de Nuestra Señora (v.). Este mismo autor escribió un poema sobre Santa María Magdalena, que se ha perdido.