[Sujeta]. Comedia en tres actos de Ivan Tobilevič (1845-1907), conocido con el pseudónimo de Karpenko – Karyj, creador del drama social ucraniano.
La aldea ucraniana en su monótono aspecto cotidiano, con sus luchas sociales entre pobres y ricos, con la inhumana explotación del trabajo, el ávido deseo de ganancias materiales, sirven de punto de partida para sus dramas y para sus comedias, recogidos en cinco volúmenes (Kyjiv-Poltava, 1903-1910). Karpenko-Karyj no sólo conoce la vida social de la campiña ucraniana, sino también todos los impulsos del corazón humano, y demuestra un agudo sentido de observación, unido a un notabilísimo sentido escénico. Makar Barylcenko, un rico campesino, tiene cuatro hijos y una hija; entre los varones, Karpo continúa ocupándose de la agricultura, Mychajlo se hace profesor de un liceo ruso; Petró, doctor en Leyes; Ivan, secretario del Ayuntamiento.
Esperando a los cuatro hijos que se reunirán hoy en la casa paterna, la madre con su hija Tatjana y su nuera Javdocha están muy atareadas; el viejo Barylcenko ha ido a buscarlos. Pero cuando los hijos vienen, parecen extraños a la familia, separados del ambiente rural en que nacieron y crecieron, y viviendo una vida propia, incomprensible para sus padres. Mychajlo sueña sólo en la Kiviera, donde fue a divertirse con su novia Natalja, y ha venido a pedir a su padre dinero para el viaje. Con su matrimonio, Mychajlo quedará completamente separado de su ambiente natal, se convertirá en «ruso» y hasta olvidará la lengua ucraniana. Se aleja de la familia también Petró, cuya mujer no soporta las costumbres campesinas. Sólo Karpo continúa fiel a la tierra, a la familia, a su pueblo y a los antiguos ideales, por lo que está en continuo conflicto con sus hermanos, que buscan provecho y comodidad, en el ambiente extranjero, haciendo regla de su vida la máxima: «ubi bene, ibi patria».
La comedia Vanidad fue concebida como la primera parte de la trilogía, de la que también apareció la segunda parte, El mar de la vida [Zitejs’ke more], evidentemente inferior a la primera, mientras que la tercera parte, que debía titularse En el puerto no llegó a escribirse nunca.
E. Onatskyi