Novela del escritor español Ramón Pérez de Ayala (1881-1962), publicada en 1912. En torno a la figura de Teófilo, el poeta, tiene efecto la sátira de la externa escena poética, en forma implacable, pintoresca y justa en lo esencial.
La bohemia literaria que desfila por las páginas copiosas de esta novela, encierra alusiones al mundo coetáneo de las Letras de comienzos de siglo. Los personajes de la ficción — retratos y hasta autorretrato hay entre ellos — aparecen en otras obras del autor. En Troteras y danzaderas reaparecen cumpliendo su destino de representar al 98 intelectual, pesimista, contradictorio y abúlico. El lector desea, leyendo esta novela, identificar todos esos seres que pueblan su mundo. Hay una evocación animada de una sociedad de arte y madrileñismo empapada de la simpatía emocionada del autor. El conflicto pasional entre Teófilo y Rosina es un interesante cotejo de actitudes — y no sólo cuando se encuentran ante una obra de arte — entre lo vital y lo meramente literario. Fernando es el hermoso varón, única y específicamente eso, por quien Rosina se muere de amor y deseo; si bien Teófilo encarna para ella las potencias del alma, que admira aun sin poderlas escalar nunca.
La solución, desastrosa, pertenece al cuadro noventayochista. La novela de Pérez de Ayala es realista, costumbrista, satírica. Troteras y danzaderas inicia, sin embargo, una personal e intelectual modificación del costumbrismo. Verónica es uno de sus más bellos tipos de mujer, cuya intuición la empuja hacia la redención de su vida.
C. Conde