Trino del Diablo, Giuseppe Tartini

[Trillo del diavolo]. Subtítulo de la más famosa sonata para violín de Giuseppe Tartini (1692-1770). En una de sus cartas el gran violinista atribuye la génesis de esta sonata a una visión que, al parecer, había tenido en 1713 en una celda del convento de Asís.

Según dice se le apareció en sueños el diablo y lo desafió a recordar y ejecutar los pasos de «bravura» que ejecutaba en un violín. La primera edi­ción de la sonata — que Tartini dejó ma­nuscrita aunque la había ejecutado muchas veces en los conciertos — se publicó en la antología de J. B. Cartier, intitulada L’art du violon, impresa en 1798. Con tal de no exagerar su importancia (ni desde el punto de vista estético ni desde el técnico) se puede afirmar que esta famosa sonata se­ñala un notable progreso en el arte del violín: ciertos pasajes en que una cuerda canta mientras sobre la cuerda vecina se sostiene un trino y, tal vez más aún, otros momentos que exigen un complicado juego del arco, se puede afirmar que son precur­sores de pasajes semejantes de Paganini, que vivió un siglo después.

Pero en el ínterin, practicados por los llamados discípulos o seguidores del «virtuoso» piranés, entraron en el bagaje técnico del más grande legis­lador del «concerto», Viotti, y de todas las escuelas extranjeras: francesa, inglesa, ale­mana y bohemia.

E. M. Dufflocq