Trilby, Georg Louis Palmella Busson Du Maurier

Novela de Georg Louis Palmella Busson Du Maurier (1834-1896), publicada en Londres en 1894. Es la historia de Trilby O’Ferrall y de «Little Billee»; la primera es hija de O’Ferrall, antiguo sacerdote y profesor en el Trinity College de Cambridge, que actualmente vive en París, semialcoholizado; el segundo es hijo de una viuda de Devonshire.

Trilby tiene diecisiete años y se gana la vida haciendo de modelo. Se hace íntima amiga de tres estudiantes ingleses: Taffy, Cockpen y «Little Billee»; el pri­mero, guapo y generoso; el segundo, hijo de un abogado; el tercero, el más grande artista de su tiempo. Los tres se enamoran de Trilby; «Little Billee» le propone casarse con él, y al cabo de diecinueve negativas se ve aceptado. La madre del joven va a París y consigue hacerse prometer por Tril­by que no se casará nunca con su hijo. El joven se pone enfermo y va a curarse al Devonshire; los tres amigos se separan. Trilby se gana la vida cosiendo y cae en las garras de un músico húngaro que se hace llamar Svengali. Éste le enseña el canto, por medio de la sugestión mesmérica; cuan­do está bajo esa influencia, Trilby es la mejor cantante de todos los tiempos. Empe­radores y reyes, príncipes y duques se in­clinan delante de ella, y el húngaro se hace rico. Pero durante una función en Ingla­terra, Svengali muere; Trilby pierde la voz, lleva una vida muy difícil y muere poco más tarde; también muere «Little Billee»; Taffy se casa con una de las hermanas de éste, y Cockpen con una señora del campo.

La novela viene a ser la Bohème (v.) in­glesa, con cortes oportunos, por respeto a la rígida e hipócrita moral victoriana. Hay mucho de convención melodramática; la parte mejor es la que llamaron la «chasse des souvenirs d’enfance», y la de recuerdos de amistades con pintores famosos, entre ellos Whistler. Taffy es uno de los grandes personajes sentimentales de la novela vic­toriana. El estilo es el de un Thackeray dul­zón; y el autor se parece a Thackeray tam­bién por la lengua que emplea y ciertos aires confidenciales para con los lectores.

A. Camerino