Tres Hombres en un Bote, Jerome K. Jerome

[Three Men in a Boat. To say nothing of the Dog]. Novela satírica del humorista inglés Jerome K. Jerome (1859-1927), publicada en 1889. El argumento consiste en una excursión en bote por el Támesis. Tres amigos, Enrique, Jorge y el autor, acompañado por su fox­terrier, deciden, al observar que a los tres les conviene un período de reposo, pasar unos quince días de vida sana y primitiva remando, comiendo frugalmente y durmiendo debajo de una tienda.

Durante su viaje atraviesan sucias zonas industriales, lugares pintorescos y ciudades famosas por sus re­cuerdos históricos. Por fin llegan a Oxford, en donde inician el viaje de regreso, aun­que esta vez sin ninguna fatiga, ya que los arrastra la corriente. Pero al cabo de dos días de lluvia insistente los tres aban­donan el bote y regresan a Londres en tren, bien felices de reintegrarse, tras tantas molestias, a la vida civil. El secreto del arte de Jerome no está en el argumento, sino en los acontecimientos imprevistos y en las anécdotas con que interrumpe continuamente su narración, llevando al lec­tor > con mucha habilidad y sin darse cuenta, lejos del asunto principal. Se han hecho célebres algunas escenas, como la del tío Podger que quiere colgar un cuadro, o la historia de dos hediondos quesos que el autor tuvo que transportar en tren por cuenta de un amigo, o las peripecias del amigo Enrique, perdido en el laberinto de Hampton; o el relato del laborioso cierre de las maletas, o el fracasado intento de abrir una maldita lata de piña americana.

El humorista extrae su comicidad de observa­ciones de la vida diaria, revelándonos sus imprevistos y ridículos aspectos; inserta felizmente, en el clásico humorismo inglés a lo Dickens, las experiencias de una edad más moderna en que los valores tradicio­nales son sometidos a una total subversión, a través de la cual se anticipan ciertos recursos usados más tarde por el cinema y la literatura humoristas de postguerra. Jerome supera ese fondo de amargura pro­pio de los humoristas de fines del siglo XIX, y se ríe, sin ulteriores intenciones, aceptando el mundo tal como es y poniendo de manifiesto lo absurdo de ciertos aspectos comunes y, precisamente por esto, menos observados. En esto estriba su gran origi­nalidad. [Trad. castellana de Juan Dusol (Barcelona, 1942)].

L. S. Filippi