[Traité de la connaissance de Dieu et de soi-même]. Obra de Jacques-Bénigne Bossuet (1627-1704), publicada en 1741 (una edición anterior, de 1722, no es digna de consideración). Al ser nombrado preceptor principal del Delfín, hijo de Luis XIV, en 1670, Bossuet empezó a trabajar con conciencia en la compilación de gramáticas y tratados morales, religiosos, históricos y científicos. Junto al Discurso sobre la historia universal (v.), el fruto más notable de aquellos años de enseñanza, el Tratado tiene su importancia, ya que explica con vivacidad cuestiones filosóficas y religiosas, y, aunque dentro de la ortodoxia más sólida, pone de manifiesto cierto respeto hacia la experiencia, el método cartesiano y los recientes descubrimientos científicos. Particularmente notables son el sentimiento de la muerte y la idea de la Providencia que regula el mundo: fuentes de optimismo para la confianza en la vida y en la acción.
C. Cordié
La calidad eminente de su espíritu es el sentido común, el amor y el discernimiento de la verdad. Evidentemente no posee la libertad crítica de un docto de nuestra época; su razón está sometida a la fe. Sin embargo esta sumisión no es una abdicación: es voluntaria y sin violencia; la razón encuentra en ella lo que necesita. (Lanson)