Tratado de Pintura y Escultura por Richardson Padre e Hijo

[Treatise of the Picture and Sculpture by Mrs. Richardson sen and jun.]. Obra que en cierta manera quería constituir una especie de enciclopedia histórica, didáctica y crítica de la pintura y de la escultura. Fue publi­cada en Londres en 1722 y en Amsterdam en 1728.

Consta de tres tomos: los dos primeros a cargo de Richardson padre (Jonathan, 1665-1745), están dedicados a la pintura. El primero contiene un Ensayo sobre la teoría de la Pintura [An Essay of the Theory of Painting], Londres, 1715; el segundo, un ensayo sobre la crítica pictó­rica y sobre la ciencia del «perito» en cuadros: por eso se titula El perito [The Connoisseur], Londres, 1719. La teoría de la pintura está planteada sobre el más viejo academicismo, por lo que Richardson da gran importancia al contenido, a la exactitud histórica y ambiental de la es­cena, a la ausencia de gestos y representa­ciones que puedan ofender a la religión o a la moral, etc. Muestra interés por la per­fecta ejecución y la gracia del colorido y del dibujo, y, según los preceptos de Carlos Le Brun, encarece al retratista que pinte el modelo con rostro amable y sonriente; le da consejos también sobre la dosifica­ción de las «lisonjas» que conviene o no que aparezcan en un retrato. El ensayo termina con una lista por orden cronoló­gico de todos los pintores, desde Cimabue a Giuseppe Passeri (1654-1714).

En el segundo tomo, Richardson, aficionado y conocedor del arte, trata de precisar los criterios que son necesarios para juzgar el mérito y la autenticidad de una pintura. El tercero, surgido de la colaboración de padre e hijo (Jonathan júnior, 1694-1770), aparecido en 1772, comprende una Relación de algunas estatuas, bajo relieves, dibujos y pinturas que hay en Italia [An Account of the Statues, Basreliefs, Drawings and Pictures in Italy]. En este volumen los autores, después de haber hecho mención de las riquezas artísticas de Inglaterra, de Alema­nia y de Francia, describen con particular interés multitud de obras de arte italianas de Milán, Plasencia, Bolonia, Florencia, Roma, Pisa, Siena, Lucca, Parma, Módena, Mantua y Verona.

Los escritos de los Richardson no constituyen nuevas aportacio­nes a las doctrinas sobre el arte, pero son significativos documentos del gusto de los aficionados ingleses del siglo XVIII; gusto que no dejó de influir sobre la opinión pública a lo largo de ese mismo siglo.

A. Pica