[Critische Abhandlung von dem Wunderbaren in der Poesie und dessen Verbindung mit dem Wahrscheinlichen]. Ensayo crítico del escritor suizo Johann Jacob Bodmer (1698-1783), publicado en 1740.
La concepción artística de Bodmer, partiendo de la teoría francesa de la «imitación de la naturaleza», sufrió un cambio radical debido a la influencia del Paraíso perdido (v.) y del estudio de las doctrinas estéticas italianas. La «naturaleza» exaltada por Milton no supone una copia de lo real, sino más bien de lo posible; la imagen a la que debe referirse el artista se coloca de este modo más allá de la naturaleza, en su misma fantasía, y el artista debe hacer visible a través de su creación lo invisible, que solamente él conoce. Todo resultado artístico brota de esa perfecta correspondencia entre la señal exterior y el fantasma interior, del que partirá más tarde también Herder. Tal facultad del artista, Bodmer la definió como «pintar». El poeta debe pintar, no contar, y cuando la materia de su obra es la realidad, debe transformarla a través de su fantasía, aunque sin chocar con los límites de lo verosímil.
Considerada desde este punto de vista, la fábula esópica es una realidad convertida en algo maravilloso, por cuanto de cada uno de los animales se destacan aquellos rasgos que le son más característicos. Y como la lengua corriente no basta para esta transformación de lo real, ni para concretar lo imaginario, brota de estas premisas estéticas la cuestión de la lengua : siendo poesía y lenguaje poético una sola cosa, la expresión llega a ser el eje del arte poético. El sonido de la palabra muere, pero su espíritu, su esencia, son eternos; así Bodmer llega a la concepción mística del lenguaje, que establece una relación mágica entre la forma del objeto y su primera interpretación. Así se cierra la cuestión sobre lo que debe ser materia de poesía, si la realidad o lo maravilloso: ella es dueña de los dos reinos, y el poeta recibe la palabra para transformar la realidad y concretar el sueño. El tratado de Bodmer dio lugar a una larga polémica con los defensores de la estética racionalista, basada en el formalismo y las reglas establecidas, y especialmente con Gottsched (v. Ensayo de una poética crítica ).
G. Noulian