Traidor, Inconfeso y Mártir, José Zorrilla

Dra­ma histórico en tres actos y en verso (1849), «escrito expresamente para beneficio de  doña Matilde Diez» por José Zorrilla (1817- 1893). La acción de los dos primeros actos transcurre en una posada de Valladolid, y el tercero en la cárcel de Medina del Cam­po, en 1594.

El argumento se basa en el enigma acerca de la personalidad de Gabriel . Espinosa, que dice ser pastelero en Madri­gal, y del cual se sospecha pueda ser el rey don Sebastián de Portugal, o bien un impostor, por lo cual es perseguido por la Justicia. Gabriel se hospeda en la posada de Burgoa, acompañado de Aurora, su hija. César, capitán del Tercio de Flandes, de­clara a Aurora su casto amor; ella le recha­za como galán pero le ofrece su amistad. César, muy celoso de Gabriel, a quien no cree padre de Aurora, habla con él descu­briéndole que ha estado siguiéndoles desde Madrigal, por orden de Felipe II. Gabriel reacciona fríamente, confundiendo al capitán acerca de su personalidad y posibles ac­tividades políticas. Interrumpe la conversa­ción el alcalde Rodrigo de Santillana, padre del capitán. Entonces Gabriel entrega su espada a César, dándose por detenido, y justificando la presencia de éste en la habi­tación.

Al final de este primer acto, reco­noce el autor la preciosa colaboración de su amigo José Díaz en la resolución de algu­nas escenas. En él segundo acto, Gabriel revela que no es el padre de Aurora, al ser interrogado por el alcalde, y cuenta que durante una época, en la cual navegó de corsario, de un barco argelino rescató a su supuesta hija, la cual está bajo la protec­ción del senado de la República de Venecia. Asimismo explica cómo, más tarde, arrepentido de sus pecados, pidió la abso­lución al Papa, y éste le impuso en peni­tencia la renuncia absoluta de su persona­lidad. César, encargado por su padre de escoltar a los presos hasta Medina del Cam­po, decide dejarles escapar, aunque pierda por ello la vida. Pero Gabriel no consiente, salvando así nuevamente el honor del ena­morado capitán. En Medina, Rodrigo, en funciones de juez, condena a Gabriel y a Aurora a la última pena.

Felipe II firma la sentencia de aquél, pero absuelve a la jo­ven, y ordena que sea conducida a Venecia por César. Gabriel antes de morir cuenta al juez, en presencia del capitán y Aurora, la historia de un hombre que en Portugal fue obligado a casarse con la mujer que había violado. Rodrigo se reconoce en dicho hom­bre; Gabriel es el enmascarado, que le obli­gó a casarse; y la mujer violada es la madre de Aurora. Gabriel es llevado a la horca tras rechazar al confesor, y en el momento de morir se descubre que es el rey don Se­bastián. La obra termina abandonando Au­rora a su recobrado padre, que cae abatido por el dolor.

R. Jordana