Tosa Nikki, Ki-no-Tsurayuki

[Diario de Tosa]. Obra compuesta por el famoso literato y poeta japonés Ki-no-Tsurayuki (882 ?-946). Tosa era una de las provincias del antiguo Ja­pón (hoy provincia de Kōchi) en la isla de Shikoku.

En 930, Tsurayuki, noble de la corte, había sido nombrado gobernador y, después de cinco años, regresó a Kyoto, la capital, en la segunda lunación de 936, ha­biendo embarcado en Tosa dos meses antes. El diario es precisamente la narración de estos dos meses de viaje. Nada se sabe de preciso sobre la fecha de su redacción; pro­bablemente se escribió el mismo año del regreso, pero, con toda seguridad, es una de las obras compuestas en la plena ma­durez del autor, quien murió en 946, se­gún una tradición, a los 63 años; según otra, a los 85. El Tosa Nikki no inaugura un nuevo género, ya que la costumbre de escribir diarios existía desde hacía algún tiempo, aunque la lengua empleada era, como para todas las composiciones serias, la china. Solamente las mujeres solían es­cribir en japonés. Aquí Tsurayuki reniega de su sexo para escribir el diario en su propia lengua. El Tosa Nikki, en efecto, introduce la narración con estas palabras: «Por regla general los diarios los escriben los hombres, pero yo, una mujer, quiero ahora tratar de escribir uno».

El valor lite­rario de la obra reside en el estilo, sobrio y límpido, ágil y elegante. Tampoco ca­rece de sentimiento genuino, como cuan­do el autor recuerda con dolorosa nostalgia a su hijita, muerta al partir él de Tosa, o cuando la visión de un lindo paisaje le arranca acentos de admiración. Mejor dicho, es precisamente en la contemplación de la naturaleza donde la sensibilidad del autor se manifiesta de una manera más típica; sin embargo, desde un punto de vista general, su sentimiento carece de profundidad, defecto que encontramos también en sus poesías, que revelan más habilidad que ge­nuina inspiración, más artificio que arrebato lírico. De todos modos, el diario es siem­pre un fragmento de la psicología de una personalidad muy interesante, y al mismo tiempo de la mentalidad de una época.

También se nota aflorar aquí y allá, en tímidas alusiones, uno de los lados típicos del alma japonesa, naturalmente inclinada hacia una concepción humorística de la vida; por ejemplo, cuando la irresponsabili­dad de sus vecinos sugiere al autor expre­siones de benévola desaprobación, animada de cierta velada ironía. Trad. inglesa de W. N. Porter, The Tosa Diary (Londres, 1912).

M. Muccioli