Teosofía, Introducción al conocimiento suprasensible del mundo y del destino del hombre, Rudolf Steiner

[Theosophie. Einführung in übersinnliche Welterkenntnis und Menschenbestimmung). Libro del alemán Rudolf Steiner (1861-1925), publicado en 1904, que señala el tránsito de los escritos de índole más propiamente filosófica y científica en el sen­tido ordinario de la palabra, a los de con­tenido antroposófico.

En las obras prece­dentes el autor había querido mostrar la forma en que el mundo espiritual es acce­sible a la investigación humana; aquí pasa a la exposición de fenómenos suprasensi­bles, describiéndolos como científico, sin apartarse de la más severa lógica y sin perder la conexión con el saber del mundo sensible. Esto es posible a Steiner en cuan­to el mundo espiritual suprasensible no se le aparece como una región extraña al mundo físico, sino como la matriz viva en la que se concreta perpetuamente este úl­timo. El tema del libro es el hombre mismo en su triple naturaleza: física, aní­mica y espiritual, y en las mutuas relaciones con los tres mundos a los cuales pertenece: mundo físico, mundo anímico y mundo es­piritual.

La distinción precisa entre cuerpo, alma y espíritu, que sirve de base a toda la exposición, hace posible alcanzar ya con el análisis del pensamiento, nuevas visiones que concuerdan con los datos de la clarivi­dencia. De este modo se explican, aparte de los problemas de la herencia y de la parcial independencia del hombre de las leyes de ésta, los problemas del destino, de la transformación de las experiencias en facultades, de la reencarnación, etc. Los capítulos sobre la purificación del alma en el mundo anímico y del espíritu en el mundo espiritual después de la muerte arrojan luz sobre muchos misterios del ser y de la vida, que quedan sin solución en el ámbito de la experiencia sensible. Gracias a tal aclaración de problemas con frecuencia abrumadores, el libro proporciona al estudio­so nuevas energías para la vida y ofrece fines absolutamente prácticos en el ámbito de ésta.

El último capítulo, «La senda del co­nocimiento», se destaca netamente de los anteriores, en cuanto contiene indicaciones acerca de la disciplina a que debe ajustarse quien desee elevarse mediante una visión propia hasta las nociones contenidas en el libro. Se trata de una educación del pensa­miento, del sentimiento y de la voluntad, necesaria para desvincular a estas faculta­des del alma de la sujeción a la personali­dad contingente — es decir, a los hábitos, a los prejuicios, a la simpatía y antipatía, et­cétera —, para hacer de ellas órganos al servicio del ser humano y del espíritu.

M. Venturini