Sonetos Venecianos de Platen

[Sonette aus Venedig]. Son 16 sonetos publi­cados en 1825 por el poeta alemán August von Platen-Hallermünde (1796-1835) y de­dicados a Venecia. Entrando por vez pri­mera en la laguna desde el mar, el poeta ve abrirse ante sí la ciudad maravillosa y con indecible estupor se pregunta: «¿Debo osar poner en ella los pies?» Desde la torre de San Marcos saluda por una parte al mar y por otra a los Alpes. En el interior de la ciudad, donde hierve la vida, se mueve entre un alegre pueblo de desocupados. Su­perada la embriaguez de los primeros días, su alma se encuentra a sí misma en la con­templación de los grandes maestros vene­cianos. Está enamorado de Giambellino. Ahora es cuando comprende el valor de Tiziano, y con admiración y temor se pros­terna frente a su grandeza. Se entusiasma ante las telas de Pordenone, de Paolo Veronese, de Palma el Viejo, de Tintoretto, y quisiera difundir por todos los países el evangelio de la belleza, que es un don de todos los tiempos. «El arte, que puede elevarse hasta la gloria de Dios, creó a Venecia como un tulipán salido del mar con toda la magnificencia de sus colores». A las figuras del ‘arte se agrega también «la más bella flor de las figuras vivientes», de manera que todas las cosas encadenan al poeta con su encanto y lo hacen suspi­rar como ante la aparición de la primavera. Estos sonetos son de los más bellos que ha producido la lengua alemana. La rotundi­dad y el gracioso movimiento del verso, acompañados de una particular sobriedad de lenguaje, completan el cuadro en toda su límpida armonía.

A. Feldstein

He releído las poesías de Platen y no puedo desconocer la riqueza de su ingenio. Sólo le falta el Amor, y por esta falta no logra todos los efectos que habría podido conseguir. Se le temerá y se convertirá en el ídolo de los que, como él, sean nega­tivos, pero sin poseer su ingenio. (Goethe)