[System der Philosophie]. Obra fundamental de Eduard von Hartmann (1842-1906), en la que el filósofo alemán recoge y unifica los resultados de las vastas y copiosas investigaciones especulativas que tienen como etapas principales la Filosofía del inconsciente (1868) (v.), los Fundamentos críticos del realismo trascendental (1875), la Religión del espíritu (1882) y la Teoría de las categorías (1896). El examen de la experiencia señala — y en ello se siente la influencia kantiana —, como fundamento de la objetividad, una estructura universal de la conciencia, caracterizada por las categorías, que Hartmann concibe empero como «funciones intelectuales inconscientes» fundadas en la naturaleza del hombre. Pero esta interpretación antropológica de las categorías o de la «conciencia en general», conduce a la afirmación de un segundo polo de la experiencia, de una realidad en sí, la Naturaleza, que Hartmann concibe, por analogía con la realidad subjetiva que se le contrapone y que a la vez se relaciona con ella continuamente, como espíritu inconsciente o actividad ciega; idea en que se manifiesta la influencia de Schopenhauer.
Pero tanto, la Naturaleza y la Conciencia no son sino formas fenoménicas, dos polaridades de la experiencia que nos llevan a una sustancia absoluta que comprende los dos polos en sí, como su unidad y que, en esencia, es absolutamente indeterminable. Asimismo, tal sustancia — y en ello se hace evidente la sugestión del idealismo — no es mero estatismo, sino un proceso; es un espíritu que, «a pesar de su eterna identidad consigo mismo, se halla en actividad en cuanto es, en sí, un ser capaz de vida». La vida del espíritu determina, por consiguiente, un proceso metafísico cuyo primer origen se halla en una inexplicable e indeducible «decadencia» de la sustancia absoluta. La acción del espíritu consiste en racionalizar dicha caída, en darle un significado, para reconducir, a través de éste, lo real al seno de la Divinidad absoluta; ello solamente es posible por medio de la conciencia; por esto el hombre es colaborador e instrumento del espíritu absoluto. El sistema de Hartmann, concebido con una cierta grandiosidad constructiva, está ilustrado por una interpretación romántica de los datos científicos, y vuelve a tratar vigorosamente los motivos tradicionales, sin que a pesar de ello se abra camino una intuición o una dialéctica especulativa verdaderamente original.
A. Banfi