Sirmione, Cesare Arici

Poema de Cesare Arici (1782- 1836), compuesto en 1822; es la más notable de sus obras menores, y desde cierto punto de vista, ajena a las tendencias didácticas del Cultivo de los olivos y del Pastoreo, representando su más genuina inspiración de artista. Dirigiéndose a una ilustre dama del tiempo, la condesa Clarina Mosconi, el autor habla de las bellezas del lago de Garda, con ligera melancolía aunque tam­bién con una viva exaltación de los es­plendores de la naturaleza. El Benaco re­úne en sus orillas todas las bellezas, dulzu­ra de cielo, suavidad de aire, alegría de pueblos y encantos de peces y flores. A la exaltación de la belleza de los lugares se junta la celebración de su historia (luchas entre brescianos y bergamascos, veroneses y venecianos; recuerdo de Catulo y Dante). El poema de Arici, aunque construido con una clara búsqueda de efectos, es notable por su bella cinceladura y su refinada vi­sión de los encantos naturales; de este modo no se aparta completamente del carácter didáctico del autor, sino allí donde la vi­sión lírica se hace ágil y movida.

C. Cordié