Cuento del poeta sueco Viktor Rydberg (1828-1895), publicado en 1857, recompuesto en 1865. En un castillo, rodeado de bosques umbríos, vive un joven, Erland Máneskold. Un día, mientras caza en el bosque, encuentra a una bellísima muchacha, la gitana Singoalla. El amor brota súbitamente entre los dos jóvenes que, tras secretos encuentros en el bosque, celebran a escondidas su boda según los ritos de los gitanos. Pero pronto se destruye su felicidad; el padre, al enterarse del matrimonio de su hijo, organiza una persecución contra los gitanos, que perecen casi todos; uno de ellos, empero, consigue arrastrar a Singoalla después de envenenar a Erland, su rival en amor. El joven, curado pronto gracias a los cuidados de un fraile, pierde la memoria a causa de su enfermedad, y su familia consigue fácilmente que se case con la joven dama de un castillo. Pasan así diez años; un día se presenta en el castillo un niño. «Hijo del dolor» es su nombre, y Erland al verle queda extrañamente fascinado.
Por la noche, como hipnotizado por sus misteriosos poderes, sale y sigue como en un sueño al niño, que le conduce, a través del bosque, a una gruta lejana donde vive su madre, Singoalla. Erland pasa el día junto a su esposa y la noche cerca de su antigua amante, a la que lo conduce con fuerza mágica su hijo Sorgbarn. Pero una noche, en que deja de obrar la fuerza mágica, Erland mata a su pequeño guía. Erland y Singoalla se encuentran cerca del cadáver de Sorgbarn, y Erland, desesperado, promete expiar su culpa el resto de su vida si consigue escapar a la peste. Su mujer muere de la peste; Singoalla salva al otro hijo de Erland llevándole a Oriente, de donde regresará al cabo de muchos años como predicador de sabiduría india para visitar a su anciano padre. El cuento, una mezcla de sensualidad y ascetismo a base de elementos maravillosos, está dentro de un género muy apreciado en la edad romántica y ningún mérito le distingue de aquella mediocre literatura.
A. Ahnfelt