Se atribuyen a Pier della Vigna (último decenio del siglo XII-1249) las canciones «Amore in cui disio ed ó speranza» [«Amor, en que el deseo y la esperanza»], «Amando con fin core e con speranza» [«Amando con delicadeza y esperanza»], «Uno piagente sguardo» [«Una mirada lacrimosa»], y un soneto «Pero ch’amore non se po vedere» [«Pero amor no se puede ver»], escrito para una tensó poética, sobre la naturaleza del amor, sostenida por el autor, Giacomo de Lentino y Iacopo Mostacci.
Respecto a la atribución de algunas composiciones más, que en una colección antigua aparecen bajo el nombre de Pier della Vigna, no existe acuerdo entre los críticos. Poeta y personaje de la Corte siciliana, Pier della Vigna refleja en su poesía el ambiente que caracteriza el movimiento poético de la primera mitad del siglo XIII, denominado «escuela siciliana», si bien entre aquellos poetas figura en el grupo más tardío. Su poesía, toda en elogio de la mujer, canta en los términos y con el tono de delicadeza ceremoniosa derivada de los modelos provenzales; el estilo es de una elegancia culta y estudiada, semejante a la que se encuentra, con mayor insistencia, en el discurso de Pier della Vigna, del episodio dantesco. Poeta muy letrado, Pier della Vigna se distingue, sin embargo, de todos los demás de su época por la atención y el gusto con que usa y trabaja las imágenes, como lo demuestra en la canción «Amor, en que el deseo y la esperanza». El soneto antes citado se relaciona con las primeras de las numerosas tensos que los poetas italianos del siglo XIII mantuvieron sobre la naturaleza del amor.
Como Mostacci abriese la tensó mostrando sus dudas respecto a la existencia del amor, ya que no se ve, Pier della Vigna replica diciendo que si bien el amor no es sustancia corpórea y tangible, el hecho es que se deja sentir y domina los corazones de los hombres, lo que representa una prueba más convincente todavía que su visibilidad corpórea, citando la virtud del imán: «como lo ferro atrai no se vede / ma si*lo tira signorivelmente» [«no se ve por qué atrae el hierro / pero lo arrastra consigo señorialmente»]. Todavía con mayor sentido teoricopsicológico es tratada la cuestión por Giacomo Lentino en el tercer soneto de la tensó; Pier della Vigna se limita, en cambio, a deducir de la realidad del efecto — por otra parte no discutida por Mostacci — la existencialidad de la causa, es decir, el amor.
D. Mattalía
Las mejores poesías del dialecto siciliano y las menos alejadas del italiano de nuestro tiempo pertenecen a Pier della Vigna. El gusto correcto, el oído musical de Pier le ayudaron a escoger las palabras más llanas, a ligarlas en frases elegantes y disponerlas en la medida de los versos, de forma que fueran pronunciadas con profundidad y melodía. (Foscolo)
Docto rimador que tiene en la mente los ejemplos literarios del amor cortés, se mueve con una dignidad galante y, no obstante, firme, si bien no acostumbra superar el ingenioso ejercicio. (F. Flora)