[Rime]. Confundidas primero en el ambiente doctrinario del Dictamundo (v.) y revaloradas luego en su valor artístico, las Rimas de Fazio degli Uberti (hacia 1305-1367) son hoy consideradas como una de las producciones más vigorosas del siglo XIV.
Compuestas por lo común sobre motivos circunstanciales, en especial políticos, fueron objeto de una edición crítica en 1883 de Rodolfo Renier, y recientemente, después del desdén mostrado por De Sanctis, han sido muy encomiadas por Sapegno y Croce. En esta vivaz colección alternan motivos grandiosos con ligeras gentilezas de amor, canciones iracundas con madrigales y poesías dulcísimas. Son importantes algunas poesías que se pueden situar junto a las que Dante y Petrarca escribieron sobre motivos políticos; en particular, la canción dedicada a Luis el Bávaro, que invoca la gloria imperial contra los abusos y recuerda en forma grandiosa las gestas de Manfredo y Conradino; lo mismo puede decirse de aquella que, en nombre de los gibelinos engañados en sus aspiraciones políticas, se desata contra Carlos IV, que en Italia defraudó el sueño de una plena restauración imperial y se limitó a ser un soberano ávido de dinero. También es vigorosa la poesía en que Florencia llora los gloriosos tiempos pretéritos y piensa en el dolor de sus hombres desterrados.
Junto a estas composiciones vigorosas y sobrias, las amorosas aparecen llenas de motivos ora del «stil novo», ora populares; la mujer es cantada con acentos «corteses», pero el poeta la sueña con voluptuosidad y embriaguez. Con palabras que recuerdan al Dante de las canciones «pétreas» (v. Rimas), el poeta persigue su quimera y ve los ojos rientes y la boca graciosa de su dama, aunque bien sabe que no son sino fantasías de enamorado y dulcísimo tormento. En otros momentos recuerda su amor hacia una Malaspina, a la que ama a pesar de ser todavía una niña. Aun cuando no llega a alcanzar una verdadera unidad de expresión, la obra indica bastante bien el vigor creador de una de las figuras más singulares del siglo XIV, a la vez que testimonia los intereses culturales, la sinceridad de hombre de partido, y el sentido a veces elegiaco y suspirante con que habla del amor y de la muerte, no como motivos literarios, sino como elementos fundamentales de la vida.
C. Cordié
A esta poesía lírica del Uberti no se le ha concedido, tal vez, la atención que merece y la importancia que le corresponde en la historia de nuestra poesía; la verdad es que es menos conocida que otras que le son inferiores. Sincera y vigorosa, gira en el recinto amurallado de los afectos personales del autor, y le falta quizá esa complejidad y universalidad que es privativa de los grandes; lo cual no resta valor a su entonación particular, pero explica el motivo de que, en el Parnaso ideal, no se haya colocado esta poesía junto a la de Francesco Petrarca. (B. Croce)