[Quentin Durward]. Novela de Walter Scott (1771-1832), publicada en 1823. La acción se desarrolla en la Francia de Luis XI, cuyo perfil de monarca cruel y supersticioso, pero astuto y sagaz, verdadero diablo encarnado, sin dejar de reconocer, no obstante, los lados simpáticos y admirables (por ejemplo su presencia de ánimo), está fuertemente dibujado, al revés de su enemigo, el impetuoso Carlos el Temerario.
El objeto de la novela, según Scott, es ilustrar la conmoción social producida por el declinar del feudalismo y la caballería, cuyos principios podían llevar a excesos, pero que estaban basados sobre la magnanimidad y la abnegación, mientras que el nuevo orden, personificado por Luis XI, parece fundamentarse en sórdidos motivos de utilidad y de ambición egoísta. Están muy bien descritos los acontecimientos históricos: las tentativas de Luis para provocar con ayuda de Guillermo de la Marck, el Tigre (Wild Boar) de las Ardenas, la sublevación de Lie ja contra Carlos, el asesinato del obispo de Lie ja y la famosa visita de Luis a Carlos en Péronne, en la que por poco el viejo rey no echó por tierra toda su laboriosa construcción política.
Estos acontecimientos históricos, con los cuales, por otra parte, Scott se toma no pocas libertades (así por ejemplo traslada de 1468 a 1482 el asesinato del obispo de Lieja), están introducidos en el curso de la imaginaria historia de Quintín Durward, arquero escocés al servicio de Luis XI, enviado como escolta de la condesa borgoñesa Isabel de Croye que, para evitar un odioso matrimonio con Camo-Basso, busca la protección del obispo de Lieja; Quintín la salva de diversos peligros, pero por fin él también muere, después de haber dado muerte a Guillermo de la Marck. Pero esta convencional historia de amor es sólo un pretexto; el tema que Scott quería desarrollar era la lucha entre Luis y Carlos. Entre los personajes de segundo orden son dignos de recordar Tristan L’Hermite, preboste de Luis XI; Olivier le Dain, consejero y barbero del rey; Martius Galeotti, su astrólogo, etc. Junto con Ivanhoe (v.) esta novela de Scott despertó en Europa el gusto por la novela histórica. Los métodos, personajes e incidentes de Quintín Durward fueron imitados repetidas veces, tanto por eminencias como Víctor Hugo (en Nuestra Señora de París, v.), como por multitud de ingenios menores.
El asesinato del obispo de Lieja sugirió a Eugéne Delacroix (1798- 1863) uno de sus cuadros más impresionantes. [Existen infinidad de traducciones, en su mayor parte anónimas de la famosa novela de Walter Scott, la primera publicada en Barcelona, 1839, a la que siguieron las de Madrid, 1841; Barcelona, 1857; Barcelona, 1884, etc. Modernamente una de las traducciones más divulgadas, también anónima, es la de Barcelona, 1936].
M. Praz
Siempre se hallará en Walter Scott gran seguridad y profundidad en el dibujo, cualidad que deriva de un gran conocimiento del mundo real, al que llegó con los estudios y observaciones de toda su vida; y un diario conversar sobre los más vitales problemas. (Goethe)
Puede Inglaterra desafiar a todas las literaturas del mundo a que presenten un ingenio más puro, un escritor que haya combinado con más espléndida y continua originalidad la historia y la novela, el cuadro de costumbres con el cuadro maravilloso. (Gosse)