[Prose della volgar lingua]. Tratado dividido en tres libros de Pietro Bembo (1470- 1547), publicado en 1525. En forma de diálogos, tenidos en 1502 en casa del hermano del escritor, es examinado el problema de la lengua, en sí y en relación con la tradición italiana y con las lenguas de otros pueblos.
El contraste percibido por el humanismo entre lengua vulgar y lengua latina es allanado aquí en el sentido de que los grandes autores del siglo XIV — Dante, Petrarca, Boccaccio — han iniciado una tradición poética de excepcional importancia para la suerte de Italia: por medio de aquellos autores el florentino se ha afirmado como la lengua más apta para expresar las bellezas de la poesía y la nitidez de la prosa, y como un instrumento literario no inferior al provenzal. Situada la florentina como la lengua sobresaliente de la península, es necesario hacer una distinción entre lenguaje hablado y lenguaje literario: este último debe servir de norma a los escritores. Como modelos deben tomarse Petrarca para la poesía y Boccaccio para la prosa; Dante es notable por la robustez de algunas concepciones suyas, pero es más admirable el cantor de Laura por la finura de su elocución y la armonía de su verso (Lib. I).
Siguen algunas importantes definiciones y aclaraciones sobre el estilo, la métrica, el valor de los vocablos y su colocación en las frases y en el verso; se concede particular interés a la variedad de la forma literaria que es juego de elegancias y refinamiento espiritual. También por este lado el ejemplo del Petrarca es esencial para quien quiera difundir de modo pulcro y mesurado sus afectos de poeta (Lib. II). Varias reglas fijan la lengua vulgar de modo claro y apropiado, formando una gramática normativa que luego será valorada en su siglo como la más grande exaltación de la lengua vulgar, límpidamente expresiva al par de la latina (Lib. III). La obra de Bembo, durante el Renacimiento, llegó a ser el código del buen gusto en lo que respecta a la literatura en lengua italiana.
C. Cordié