Escrita en forma epistolar, tiene dos únicos protagonistas: el anciano empleado Makar Devushkin y su lejana pariente, la joven Verenka. Pese a que viven el uno enfrente del otro, no se atreven a verse por miedo a las habladurías y se escriben. Pobres e infelices, se cuentan sus problemas diarios. Varenka confía al amigo su triste infancia, su amor por el estudiante Prokrovski, muerto de tisis, y le manda libros.
Por varias alusiones, se comprende que Varenka fue seducida en el pasado por un tal Bykov. Devushkin, cargado de deudas, se da a la bebida. Recobra los ánimos cuando uno de sus jefes le regala una suma suficiente para sacarlo de apuros. Pero, mientras tanto, Varenka ha aceptado casarse con Bykov, confiando así en poder ayudar a su viejo amigo. Sus últimas cartas no son más que febriles peticiones de encargos para el ajuar, que su amigo cumple como en sueños, encontrando el valor para expresarle su desesperación únicamente cuando Varenka está a punto de partir.