Peregrinación de Carlomagno a Jerusalén, Anónimo

[Pelerinage de Charlemagne á Jérusalem]. Cantar de gesta del siglo XII en series de alejandrinos asonantados. Carlomagno (v.), con sus paladines Rollan (v. Roldán), Olivier (v. Oliveros), Guillaume (v. Guillermo de Orange), etc., y con mil caballeros de Francia, efectúa una peregri­nación a Jerusalén sin armas y en hábito de peregrino. Reconocidos por el patriarca y el clero, reciben homenajes y reliquias santas.

Pero el emperador ha salido de su país también porque quiere conocer a Hugo el Fuerte, rey de Constantinopla, que la reina su esposa le ha alabado tanto. De Jerusalén se dirige allí y es recibido magníficamente por Hugo en su rico palacio y en su riquísi­mo reino. Durante la noche Carlomagno y sus caballeros pronuncian extrañas fanfarro­nadas que un espía de Hugo toma en serio, por lo que al día siguiente el rey de Cons­tantinopla les obliga a ponerlas en práctica. Estos quedan turbados, pero las reliquias santas que llevan de Jerusalén les ayudan y Hugo se ve obligado a reconocer que su fuerza está protegida por la ayuda divina.

Carlomagno está seguro ya de su indiscu­tible superioridad sobre Hugo y puede vol­ver a Francia a contar a la reina el éxito de su viaje y dar gracias a Dios. Es el más oscuro de los cantares de’ gesta: casi pa­rece un capricho en el que se mezcla lo sagrado y lo profano, lo heroico y lo có­mico. En resumen, quiere celebrar las san­tas reliquias que Carlomagno trajo de Jeru­salén, motivo que reaparece en otros poe­mas (v. Fierabrás).

C. Cremonesi