[Pelle Erobreren]. Obra del escritor danés Martin Andersen Nexø (1869-1954), en cuatro volúmenes, publicada entre 1909 y 1910.
La novela, en gran parte autobiográfica, sigue la vida del protagonista, desde la infancia hasta un simbólico final donde el presente y el futuro polémicamente esperado se funden. Pelle es un muchacho sueco que con su padre Lasse se dirige de Skaane a Bornholm (Nexø nació en Noruega, en Cristiansand, y cuando era muchacho fue a Bomholm; de una ciudad de esta isla añadió el nombre Nex0 al suyo). Lasse en la isla hizo de pastor; Pelle desde pequeño ha de trabajar y sufrir; aprende así a arreglárselas por sí solo y a moverse con una vitalidad y una simplicidad de primitivo en medio de la libre naturaleza.
Más tarde va a la capital de la isla y se hace aprendiz de zapatero. Y desde este punto empieza la polémica: el joven Pelle aprende a conocer la hermosa y sana vida casi patriarcal de los artesanos y a amarla; pero la civilización de la máquina y de la fábrica matan esta fuerza viva del trabajo humano y Pelle se ve obligado a buscar fortuna en Copenhague. La miseria en que vive el proletariado de la capital hace de él un agitador socialista. Un proceso lo manda a la cárcel por cuatro años, durante los cuales, meditando, llega a conocerse mejor a sí mismo.
Al salir de la prisión Pelle encuentra que el movimiento, de social se ha convertido en político, transformando pero no mejorando la suerte de los trabajadores. Entonces decide fundar movimientos cooperativos de obreros (casi una especie de corporaciones), que harán de la sociedad una gran familia en la que reinará el amor y la solidaridad. Los hombres son egoístas porque sufren, y el miedo al dolor les atrinchera detrás de un muro de desconfianza y hace imposible el amor mutuo. Si se llegase a poner remedio a este estado de cosas, mejorando las condiciones de vida de los proletarios — he aquí la tesis final y resolutiva de la novela, basada en un optimismo combativo —, la bondad natural del hombre se pondría necesariamente de relieve.
La última parte, donde la representación cede casi totalmente a la oratoria, es la más débil. En un grado más alto ha quedado resuelta la primera parte, donde encontramos figuras vivas e indelebles: el viejo Lasse, un hombre a la antigua que en medio del sufrimiento y de la miseria en que vive no ha perdido una rara nobleza de corazón, ni un delicado, rudo y puro amor por su hijo; el maestro de escuela Fris, otro personaje de tiempos pasados, mal pedagogo pero un hombre bueno y veraz; el gigante Kraften («la Fuerza»), una especie de genio incomprendido que, para vengarse de la incomprensión de los hombres, se ‘desahoga dejando en libertad su ingente fuerza física. De gran fuerza es la descripción de la vida en el «Arca», un caserón popular de obreros en Copenhague.
Incluso en la última parte, donde el razonamiento predomina sobre la vida, se encuentra una narración de una violencia realista típica de su autor (la muerte de la pequeña Johanne, forzada por un malvado). La tesis social del libro es fruto del choque de su experiencia con las ideas que predominaban en Dinamarca a principios de siglo. Con todas sus ofuscaciones polémicas, Pelle el conquistador es, artísticamente, una obra de primerísima categoría. Su lúcida vena narrativa y su poderoso contenido humano redimen a la novela del peso de la tesis resolviendo polémica y representación en el fuego de una realidad detrás de la cual brilla la luz de una promesa mesiánica.
G. Piccini