Novela de Guy de Maupassant (1850-1893), publicada en 1886. En Enval, pequeño balneario de los montes de Auvernia, se hallan el anciano marqués de Ravenel con su hija Christiane, que ha casado con un rico y refinado hombre de negocios judío, William Andermatt. Pronto se reúne con ellos el hermano de Christiane, Gontran, joven libertino, con su amigo Paul Brétigny, hombre de legendarias aventuras de amor, ardiente y apasionado. Mientras nace el amor entre Paul y Christiane, descuidada por su marido, que se ocupa tan sólo de sus negocios, éste se lanza a una nueva y grandiosa especulación. El antiguo establecimiento termal, donde tres doctores sostienen una cómica rivalidad, se halla al borde de la quiebra. Una casualidad hace descubrir un nuevo manantial en las tierras del anciano Oriol, un rico propietario, padre de dos lindas muchachas; Andermatt tiene la suerte de encontrar entre los veraneantes a un ingeniero de minas jubilado, valioso consejero, y crea una Sociedad, en la que participa también el viejo Oriol.
Christiane, entretanto, pasa el verano embriagada por el amor de Paul. Al año siguiente, Enval es un balneario de primera categoría, con grandiosos hoteles, pabellones para los nuevos médicos, instalaciones de gimnasia mecánica, etc. Numerosas figuras nuevas aparecen junto a los personajes principales, nuevas intrigas se plantean y resuelven. Paul, ya cansado de Christiane, aprovecha la circunstancia de que ésta espera un hijo para alejarse lentamente de ella; Gontran, lleno de deudas, consiente en ayudar a su cuñado haciendo la corte a Charlotte, la menor de las hijas del anciano Oriol; pero ante la oposición de su padre, pasa luego cínicamente a la hermana mayor, Louise, con la que al fin se casará, mientras Charlotte (la más linda de las dos) es consolada por Paul, que acaba pidiendo su mano. Christiane, destrozada, encuentra alivio en su maternidad.
Maupassant ha querido escribir una novela rica y variada, donde la historia de los amores de Paul y Christiane enlaza con la viva pintura de los lugares y del ambiente, con poéticas descripciones de paisajes, con la sátira del mundo de los negocios, de la vida de un balneario de moda, y hasta de la medicina. Su habilidad de escritor le hace superar brillantemente toda dificultad, y su estilo parece aquí más ágil y variado que en otras novelas, a pesar de cierta dispersión que resulta bastante perjudicial. Es de notar un tono menos áspero en la sátira, un pesimismo lleno de sonriente indulgencia, que confiere al personaje de Christiane delicadas efusiones sentimentales. [Traducción española de Luis Ruiz Contreras con el título de Las termas de Monte Oriol (Madrid, 1905)].
M. Bonfantini